viernes, 23 de diciembre de 2011

La noche de todos los Santos


En la víspera del 1 de Noviembre se sitúa la Nueche de Tolos Santos (Noche de Todos los Santos): Tras la puesta de Sol, las fronteras que separan el mundo de los vivos del de los muertos se difuminan, y nos vemos invadidos por las almas de los antepasados y por los espíritus infernales de la noche.
En la vigilia de Tolos Santos se celebra el Magüestu de Difuntos, que es la recogida y asado de las castañas en el campo, junto a una hoguera. Todos los miembros de la familia se sientan alrededor de la lumbre y tras acabar, las castañas que sobran se tiran al suelo diciendo ¡Esto ye pa que coman los difuntos! .

Tras la cena, llega la llamada ronda de las ánimas benditas, que consiste en dedicarles a éstas un padrenuestro. En este sentido, los asturianos del ámbito rural son muy respetuosos con las almas de los antepasados, y así, en el aniversario de la muerte de una persona, se celebra un banquete en su honor, en el cual se deja un sitio vacío, reservado para el difunto. En la noche de Difuntos se piensa que las almas salen del Más Allá y vuelven por un momento al mundo de los vivos, a remembrar tiempos pasados: Así, se sientan junto al llar (hoguera) y comienzan a conversar entre ellos. Hay que procurar que la llama del llar no sea muy fuerte, pues de lo contrario les podría alcanzar, y no se deben dejar puestas las trébedes, pues los difuntos podrían sentarse en ellas y quemarse. Por la noche tampoco se ha de barrer, pues con ello se les expulsa de la casa, ni tampoco cerrar las puertas bruscamente, no vaya a ser que lastimemos a algún ánima que pasase por allí. Además, los campesinos dejan a sus difuntos su cama para que éstos se acuesten en ella, y llenan todos los calderos y herrerías de agua, para que los muertos puedan beber cuando pasen junto a ellas.

Esta misma noche se encienden pequeñas lamparillas, sobre cazuelas de aceite; y cada una de ellas se enciende por el ánima de un difunto. La primera lamparilla que se apaga indica que el alma por la cual se ha encendido acaba de salir del Purgatorio. Si este muerto no necesitaba esta luz por estar ya en el cielo o en el infierno, la lamparilla arde por la alma más necesitada de las demás.
Por los caleyos (senderos) también deambulan los difuntos y mucha gente coloca en los cruces de caminos calabazas huecas con una cara recortada, que representan el alma de un muerto. Es peligroso salir por la noche en esta fecha, pues por todas partes puede encontrarse uno con la güestia, como les sucedió a unos pescadores de Cuideiru, que vieron desde el mar a esta fantasmagórica procesión caminar junto a la costa.
En la mañana siguiente, las familias van al cementerio a visitar a sus parientes difuntos, a los cuales ofrecen una rama de texu, que les servirá para regresar al Más Allá. Además, en muchas partes de Asturias los campesinos no trabajarán la tierra este día, por respeto y reverencia a los difuntos.

PAPÓN

También llamado Coco o Rampayu, es una criatura maligna que viene cada noche a comerse a los niños malos que no quieren dormir. De ahí que las madres, todas las noches no dejen de repetirles a sus hijos "duérmete niño, que viene el coco".
Un pariente suyo muy cercano es L’Home l’Untu, también llamado el "sacamantecas", que se dedica a raptar niños en la oscuridad para sacarles la grasa.
Y es que la oscuridad es propicia para la aparición de todo este tipo de personajes.

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