La Religión y la Fe

 

Gea y la fuente de los milagros religiosos

Antes de hablar de Gea, os diré que pienso que la energía que desprende la tierra es tan poderosa que hace cambiar, transformar y crear materia, y que esos puntos de los que sale el verdadero Mana, sin duda son puentes de energía en los que todas la religiones construyen sus templos.
                                                         
Alguien me podría tachar de blasfemo pero realmente creo que los fenómenos tan maravillosos que se producen en templos de diferentes religiones no son mas que la energía viva despedida por la Tierra o Gea.
                                                                                      
Gea, Gaya, Tellus, Gaia o Gé es la diosa que personifica la Tierra en la mitología griega. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego y se la consideraba una Diosa Madre o Gran Diosa. Su equivalente en el panteón romano era Terra.

Dependiendo de la fuente, se considera hija del Caos (según Hesíodo); de Hydros (según los órficos); de Éter y Hemera (según Higinio). Según la Teogonía de Hesíodo, tras el Caos, surgió Gea. De su propio ser dio luz a Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella y a las colinas, y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Pero tras esto, cuenta Hesíodo, yació con su hijo Urano y engendró a los Titanes Océano, Ceo, Crío, Hiperión y Jápeto, y a las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis. Tras ellos nació Crono, el más joven, que odió a su lujurioso padre.

Hesíodo menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, constructores de murallas, a los que posteriormente se les dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’). Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros: Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas.

 

Urano escondió a cíclopes y hecatónquiros en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad, donde no pudieran ver la luz. Esto provocaba gran dolor a Gea (el Tártaro era su vientre), por lo que creó un pedernal gris (o adamanto) y de éste fabricó una gran hoz, y reuniendo a los titanes les pidió obediencia. Sólo Crono, el menor, se atrevió a tomar la hoz y castró a su padre cuando éste se acercó a Gea para yacer con ella. Según algunas fuentes, Crono arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Por otro lado, la sangre derramada sobre la tierra engendró a las Erinias, a los Gigantes y a las ninfas Melias, considerándose también hijos de Urano y Gea por muchos autores.



Urano vaticinó que, como había sido depuesto por su hijo Crono, el propio Crono estaba destinado a ser derrocado por su hijo. Por eso, para evitarlo, Crono se tragaba a sus hijos tan pronto como éstos nacían. Gea le dio a la esposa de Crono, Rea, la idea que salvaría a su último hijo, Zeus: dar a Crono una piedra envuelta en pañales que pareciese un bebé. Según algunas versiones, Gea crió a Zeus, lo que acabaría propiciando la caída de Crono (más información en el Mito de la Sucesión).

Tras la castración de Urano, Gea parió a Equidna y Tifón, engendrados por Tártaro. De Ponto tuvo a Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Con Éter tuvo a Ergía, la diosa de la pereza y la holgazanería.

 

Zeus escondía a una amante Elara de Hera, su legítima esposa, ocultándola bajo la tierra. El hijo que tuvo de ésta, el gigante Ticio, es por tanto considerado a veces hijo de Gea, la diosa de la tierra, y de Elara.

Gea también hizo inmortal a Aristeo.

Según algunas fuentes, Gea podría ser la deidad original del Oráculo de Delfos, traspasando sus poderes a Poseidón, Apolo o Temis, dependiendo del autor. Apolo es el mejor conocido, reconocido ya en tiempos de Homero, que se habría apoderado del oráculo tras matar en aquel lugar a Pitón, hijo de Gea, por lo que Apolo fue castigado a trabajar como pastor durante nueve años con el rey Admeto.

En el arte clásico Gea era representada de dos formas. En las vasijas pintadas atenienses se la mostraba como una mujer entrada en años, medio levantada del suelo, a menudo dando el bebé Erictonio (futuro rey de Atenas) a Atenea para que ésta lo criase. Más tarde, en los mosaicos, aparece como una mujer reclinada sobre la tierra rodeada por un grupo de Karpoi, dioses infantes de los frutos de la tierra.

Se le atribuye la siguiente descendencia: Los Ourea, Ponto, Urano (en solitario); Ticio (con Elara); Ergía y Tártaro (con Éter); Erictonio (con Hefesto); Triptólemo (con Océano); Ceto, Euribia, Forcis, Nereo, Taumante (con Ponto); Equidna y Tifón (con Tártaro); Cíclopes, Hecatónquiros, Musas, Titanes y Titánides (con Urano); Erinias, Gigantes, Melíades (de la sangre de Urano tras su castración); Manes (con Zeus). Además, aunque no se conoce el padre, también se le atribuye la maternidad de Anax, Anteo, Argos, Arión, Caerus, Cécrope, Creúsa, Curetes, Escorpión, Feme, Flío, Hilo, Leito, Orión, Pitón.

Los Templos, Su situación y el porque de las mismas

Cuando oímos hablar de las supersticiones primitivas, brujería y talismanes, fetichismo o conjuros pensamos tal vez que los pueblos tribales no tienen religión alguna. Pero la verdad es que muchos pueblos tribales son mucho más religiosos que muchos occidentales modernos. Viven en contacto con la naturaleza y siente sus poderes misteriosos, están a merced de los fenómenos naturales de la tormenta y la inundación, del hambre y de la enfermedad, del fuego y del terremoto, considerados como fuerzas del mal.

Los pueblos tribales se encuentran por tanto sin defensa, débiles, rodeados de males incapaces de arreglársela en la vida y de alcanzar la felicidad que todos deseamos.
Conjuros Supersticiosos.

Estos pueblos no quieren que se le llame a su religión pagana, salvaje, primitiva o supersticiosa y encuentran imprecisos términos como animista, preliteraria, tradicional, étnica.
Algunos autores empiezan a usar ahora la palabra "primitivo" para designar las religiones que son anteriores a las que llamamos religiones "universales". Estas últimas comprenden por ejemplo, el cristianismo y las grandes religiones asiáticas, que aparecen más tarde en la historia, tiene normalmente escritura y se consideran como abiertas a todos los pueblos.
La religión primitiva es la religión de una tribu o pueblo que se da cuenta que otros pueblos tienen otros dioses y sistemas propios. El término primitivo significa también primario o fundamental.

El Mundo Espiritual.
Es básica para religiones primitivas la creencia en un mundo de poderes o seres espirituales más fuerte que el hombre mismo deciden que lo insólito esta en las cualidades especiales de un ser humano, y se llama Mana con frecuencia este poder se concibe como una multitud de espíritu que moran en toda clase de lugares o que vagan libremente.
Algunas de estas religiones primitivas veneran a unos poderes espirituales como dioses. Estos gobiernan un área particular del mundo o de la vida humana como la casa, la agricultura, la guerra, o la metalurgia. Los dioses más importantes tienen con frecuencia templos o santuarios con sacerdotes o fiestas especiales y en realidad cuentan mucho más que los espíritus.
 "Dios Supremo", "Dios del Cielo"
Muchas religiones primitivas tienen un único o supremo Dios por encima de todos los demás poderes. A veces incluso se le concibe como un Dios Universal para todos los pueblos. Este Dios Supremo o Dios del Cielo puede incluso no tener templos, sacerdotes, un culto organizado o sacrificios y por eso pasa fácilmente inadvertido para los extraños.
Los Muertos que viven.
La mayoría de los pueblos tribales creen también que los espíritus de sus muertos siguen viviendo. Estos muertos vivientes se relacionan con los que aun viven en este mundo. Los vivos deben honrar a los espíritus ancestrales puede contar con su protección y guía y confiar sobre todo en que aceptan sus oraciones y las transmiten a los poderes superiores.
Las religiones primitivas dependen de mitos más que de escrituras y credos en el conocimiento de los poderes espirituales. Los mitos no son simples cuentos sino largas y a veces historias que contienen la teología y la filosofía de la vida de un pueblo. En ellas podemos encontrar una honda comprensión de la naturaleza humana y de los problemas humanos fundamentales.
Los ritos son otro medio de comunicación entre los dos mundos. A veces están incorporados a los antiguos mitos; ritos y mitos juntos forman un alto complejo de culto o una gran fiesta.
Matar para los Dioses.
Las oraciones y las ofrendas a los Dioses son lo más destacados de los ritos. Algunas oraciones son hermosas y profundamente espirituales y pueden ser utilizadas en los cultos de las religiones universales. Otras son más bien interesadas y piden prosperidad y bendiciones materiales. No todos los pueblos sacrifican a los Dioses pero muchas religiones primitivas cuentan con sistemas bien definidos en que se detallan las ofrendas que han de ser matando o libando o de otros modos o indican el alimento que se ha de compartir con el Dios en un banquete de comunión.
El Medicine Man.
Para realizar toda clase de actividad religiosas la mayoría de las religiones cuentan con un especialista, normalmente llamado con una expresión americana Medicine Man. Puede realizar las actividades del sacerdote, del médium, del adivino, del curandero, del herborista, del chamán pero no la del brujo o la de un simple mago.
Aunque muchas religiones primitivas han desaparecido bajo la presión moderna de las áreas desarrolladas del mundo, otras han persistido tenazmente y se han adaptado al cambio. Nunca y bajo ningún concepto debemos considerarlas como religiones infantiles de los pueblos salvajes o como las travesuras ingeniosas de tribus dominadas por los hechiceros. Son intentos serios de pueblos adultos para crear y mantener un sistema espiritual capaz de ofrecer un apoyo tanto en la vida como la muerte.

EJEMPLOS DE RELIGIONES PRIMITIVAS.
ASIA.
Características Generales.
Los pueblos asiáticos no separan lo sagrado de lo profano, su religión la expresan en actividades ritualizadas en las que intervienen toda la comunidad. Sus creencias son formuladas verbalmente, es decir no existe un libro como la Biblia en caso de los cristianos o el Corán en el caso de los Islámicos, por eso se puede hablar de religiones.
El concepto clave, para poder entender las costumbres religiosas de las tribus asiáticas es la relación, relación con dioses y espíritus con seres humanos y con la naturaleza. Cada uno de los pueblos tiene prácticas religiosas adaptadas as í mismo y a su propia entorno, pero todos buscan restablecer el buen orden creado en el principio.
Otra de las características comunes que tienen los grupos asiáticos lo son los chamanes, los cuales ocupan un lugar superior en lo que a religión se refiere en muchas de las tribus de la región estudiada. Son elegidos por familias y posteriormente por los espíritus, y deben someterse a un riguroso entrenamiento.
Entre sus funciones están, comunicarse con los espíritus para corregir la comunidad a la que pertenecen, restaurar la armonía entre el hombre, el mundo espiritual y todo lo creado.
A continuación le presentaremos las características más importantes de algunos pueblos asiáticos.
Grupos Nómadas.
Los grupos nómadas o tribus nómadas están ubicadas en el centro oeste y sur y en la altiplanicie de Chota Nagpur, en las Islas Andamán, áreas boscosas y pantanosas de la Costa de Compuchea. Entre lo más conocidos tenemos los grupos minoritarios de los Negritos Semang y de sus vecinos, los Senoi que habitan en las montañas de la jungla de la zona norte y central de Malasia Peninsular, además de los negritos aeta de Luzón, Mindanas y Mindora en Filipinas.
Estos grupos, en su mayoría son pequeños, puesto que la escasez de comida así lo amerita practicar la recolección, agricultura y caza.
Ritos.
Los Senoi realizaron una serie de ritos al elegir que árbol hay que talar y quemar para preparar un lote de tierra para el cultivo, estos ritos se prolongan hasta la celebración final de la recolección con el fin de garantizar la ayuda de los espíritus para una buena cosecha, en este rito participan todos los miembros de la comunidad, (todo el grupo está en cuarentena durante el primer día de la siembra).
La enfermedad también es objeto de otro rito, realizado por el Chamán que recurre al poder de ciertas hierbas y plantas desagradables para los espíritus malos, para expulsarlos y atraer el alma errante que vaga fuera del grupo.
En caso, de enfermedades más graves, todo el grupo está implicado, se realizan días y noches de música y danza desenfrenadas. Finalmente, el espíritu, al recibir la sangre sacrificial ofrecida por la cabeza de la casa, es expulsado fuera. Al morir la persona comienza otra serie de ritos de grupo para alejar la contaminación. La muerte o el nacimiento de alguien, representa un grave peligro para todos, y el grupo debe aislarse para su seguridad y la de sus vecinos.
Los Kond – O Kui.
Viven en los Ghates Orientales del Orissa, India en medio de la jungla y son cerca de un millón.
Ritos.
La mayoría de los Kond creían en la Diosa de la Tierra Tari, y que ella había enseñado al hombre las artes de la caza, de la guerra y de la agricultura a cambio de sacrificios humanos que eran necesarios para el bienestar de todos y la fertilidad de la tierra. Este rito cruento continua todavía, aunque ahora sacrifican búfalos como víctimas, los trozos de carne de la víctima son cortados y enterrados en la propia aldea y en las aldeas próximas para poner en marcha el don de la fertilidad. En algunas regiones este rito se sigue celebrando anualmente en cada distrito en ciertos momentos de la estación agrícola o cuando la salud del pueblo o del ganado está en peligro.
Los Kond tratan de usar los poderes superiores en muchos otros ritos para cimentar o restablecer las relaciones, la fuerza y el bienestar en la aldea, entre estos están:
Ritos entre el Dios, el hombre y el país: se realizan para la preparación de la tierra y la siembra, hasta la siega y la trilla, también para eliminar los tabúes de la caza y de la recolección de productos salvajes.
Ritos para obtener la bendición y la ayuda de los antepasados: realizados al momento de un matrimonio, la toma de una segunda mujer, o la destrucción de un poblado o en caso de pestes.
Ritos para prevenirse contra la pérdida del bienestar por una contaminación: se realiza en caso de las faltas domésticas como el incesto, el nacimiento y la muerte, principalmente las muertes por desgracia.
Ritos para salvaguardar la vida: el peligro puede venir de los espíritus de alto rango, cualquier ofensa contra ellos trae inmediatamente el desastre. También es muy nocivo el excesivo recurso al mal de ojos, a la 
hechicería y a la brujería.


La Muerte.
Para los Kond es tan necesario vivir en comunidad después de la muerte como antes. El modo de la muerte, la conducta no buena o mala en esta vida deciden la vida futura. Las mismas actividades diarias continúan ejerciéndose en el mundo de las sombras. La muerte en edad avanzada, con un funeral completo constituye la mejor esperanza de pasar pacíficamente al lado de los antepasados.
La muerte repentina supone al ser excluido del lado de los antepasados. Esto provoca una soledad y hace a estos espíritus peligrosos.
Los Bontok y los Kalinga.
Se encuentran ubicados en la provincia montañosa del Norte de Luzón. Para los Bontok y los Kalinga la aldea es el centro de su vida. Las aldeas más grandes se ven fraccionadas y en ellas se celebran asambleas sobre plataformas pétreas rodeadas de grandes piedras erguidas. Estas plataformas son el centro social, ritual y político.
Los Bontok y los Kalinga consideran el no tener hijos una prueba, que los espíritus están indispuestos y ofende a los antepasados.
Ambos grupos veneran los bosques sagrados. Los dos sexos pueden ser adivinos y sacerdotes. Todo el año agrícola va acompañado de ritos que demuestran el esfuerzo constante para obtener la fertilidad de los espíritus obstinados.
Los Bontok practican mucho los sortilegios. Los movimientos de los pájaros, insectos y otros, las entrañas de los animales, el silencio o el canto de un gallo tenido en la mano por un sacerdote y muchas otras pruebas semejantes se anteponen a las celebraciones rituales.
Tanto para los Kalinga como para los Bontok, las ceremonias religiosas están ligadas a banquetes de acceso a un particular status social. Acostumbra a sacrificar pollos, cerdos o búfalos a los espíritus montanos particularmente temidos.
COREA.
El Sinkio, la religión tradicional de Corea, ha sido llamada "la religión sin nombre". No es tanto un sistema estructurado de creencias uniformes cuanto una manera religiosa de ver el mundo y una vinculación sagrada personal con él. Se le ha llamado tradicionalmente animismo. Como todas las religiones, tiene cinco puntos magnéticos.
Yo y el Cosmos: El hombre está en ritmo con el mundo. Las fuerzas de la naturaleza que controlan la vida y la muerte, la fertilidad y la esterilidad se personifican y divinizan. El mundo es un campo de batalla religioso habitado por espíritus celestes y terrestres, del agua y de los árboles.
Yo y la norma: El mito del Tan’gun, el legendario fundador de Corea, subraya el sentido de la norma cósmica a la que el coreano debe conformarse.
Yo y el destino: El Sinkio, tomándolo de raíces pre-confucionista, encuentra la respuesta modelo cósmico, en el que el cielo, el hombre y la naturaleza constituyen una armonía de opuestos. Estos opuestos se complementan mutuamente. Son las grandes fuerzas del yin y del yang, del no ser y del ser. El yin es el negativo, pasivo, débil y destructivo. El yang es positivo, activo, fuerte y constructivo. En su acción e interacción realizan la armonía y la recrean una y otra vez. Nuestra individualidad deriva de estos opuestos. El yin es femenino, madre, suave, oscuro, húmedo. El yang es masculino, padre, fuerte, duro y luminoso.
Yo y la salvación: Dado que esta armonía se rompe con frecuencia, el Sinkio debe salir también al encuentro del deseo del hombre por la salvación. Cuando los arrozales son arados en primavera, una banda de agricultores pacifica a los espíritus de la tierra con la música y ritos. Cuando se levantan los andamios de una nueva casa, se los asperja con vino y comida, mientras un miembro de la familia canta.
La vida está bajo una maldición, una nube que ensombrece la armonía cósmica. La vuelta al "paraíso perdido" se hace por el sacrificio ritual.
El Sinkio siente un horror profundo ante la amenaza de la muerte, que destruye la armonía cósmica. Hace unos dos mil años, era común entre los coreanos enterrar a los muertos con sus pertenencias personales, incluidos el oro y plata.
Yo y el ser supremo: Los coreanos leen cuanto se refiere a los dioses en el gran libro ilustrado que llamamos cosmos. Entre los espíritus de la naturaleza, el espíritu del cielo (Hanamin o Hanumin) ocupa un puesto especial. No es un "Dios" supremo, lejano e inaccesible, sino que trae la luz del sol y la lluvia. El rayo, la sequía y otros desastres son su juicio sobre los malvados.
Por su bondad vivimos y respiramos. Cuando legaba un desastre nacional, el rey imploraba a Hanamin confesando sus propios pecados y los de su pueblo. Hanamin, en un cierto sentido un "padre celestial", era el abuelo de Tan’gun, el héroe aborigen de Corea.
El Sinkio y los nuevos movimientos religiosos.
Cuando Corea fue invadida por el confusionismo, el budismo y el cristianismo, el Sinkio no perdió terreno, pero se alteró y vigorizó. Del confusionismo le vinieron los códigos éticos que acompañan el culto de los antepasados. El taoísmo y el neoconfusionismo robustecieron el aspecto mágico del Sinkio y su geomancia. Del budismo aprendió a prestar atención al sufrimiento y al dolor, vinculándolos ahora al arte de la curación y de la adivinación.
El Sinkio ha proporcionado el marco para las nuevas religiones de Corea. El chondogyo fue fundada a mediados del siglo XVII como reacción a la llegada del cristianismo y reforzó los lazos sagrados del hombre con el universo. Sun Myung Moon, el fundador coreano de la iglesia de la unificación, puede ser considerado como el mayor lazo humano entre el pueblo y el mundo de los espíritus.


OCEANÍA.
En Oceanía el origen de la religión fluctúa desde una jerarquía de dioses supremos a una multitud de vagos poderes espirituales. Algunos lugares resaltan la experiencia religiosa y otros los ritos formales.
El aspecto religioso podía ser un simple sacerdote, un curandero (chamán), un adivino, un profeta, un hechicero o un complejo cuerpo sacerdotal.
Sus cultos religiosos se practicaban con un simple cántico o cultos con danzas, ejemplo principalmente el totemismo que estaba rodeado de tabúes donde se realizaban danzas simbólicas.
La religión y especialmente el rito, está estrechamente unida a situaciones de tensa angustia social, económica o política y ayudan a mantener el equilibrio en el grupo.
Los seres espirituales o Dioses a los que les rendían homenaje se perseveran ya fuera como un mito, un animal, un objeto o una persona. Los lugares sagrados eran reconocidos por las formaciones rocosas, bosquecillos o edificios y están protegidos por tabúes.
La visión del hombre con Dios era un poco vulnerable, vaga; ya que muchas comunidades abandonaron su vieja religión con su jerarquía de Dioses supremos, sus sacerdocios y sus templos, para convertirse al cristianismo, pero les era difícil liberarse de la hechicería y de la magia doméstica.
En cuanto a la creación varía de un lugar a otro; para algunos existe un Dios creador para otros cada creación es un Dios como el Dios del mar.
Comúnmente los mitos eran utilizados en la agricultura para obtener la fertilidad, en los cambios de estaciones, funerales, bienvenidas, despedidas, inicio de las guerras y las victorias; y otras.
Actualmente en Oceanía la religión primitiva se sigue practicando en los interiores montañosos de las grandes islas, pero se han ido adaptando a los diferentes cambios y coexisten a menudo con algunas forma local del cristianismo.
Entre algunos de sus Dioses tenemos: El Kukailimoku que es el Dios Hawaiano de la guerra.
MELANESIA.
Podemos encontrar a Melanesia en el área del Océano Pacífico que va desde el extremo oeste de Nueva Guinea.
El contacto con diferentes culturas extranjeras y con el cristianismo han cambiado la primitiva religión Melanesia, aunque no en todas partes. Los melanesios no hacen distinción entre lo religioso y lo secular, entre lo natural y lo sobrenatural.
Para ellos la relación con las personas y con los espíritus ancestrales son consideradas por todos como las más importantes, ya que en el centro de la vida está la comunidad de hombres y de los espíritus todos los cuales son seres vivos.
La primitiva religión melanesia presenta una serie de historias de migraciones, mitos, cuentos, leyendas, cantos, oraciones y encantamientos similares a los de cualquier otra religión importante. En cuanto a la creación del mundo existen pocas especulaciones sobre los orígenes y la naturaleza del universo.
Su relación con un solo Dios no es compartida en todos los pueblos melanesios, ya que algunos creen en muchos dioses y otros en una variedad de seres espirituales, incluyendo los malos.
Para los melanesios los cultos religiosos podían ser en cuevas, pozos, corrientes de agua, rocas, simples estructuras o sofisticados edificios como la casa de los espíritus ancestrales de Sepik.
Percibían de los cultos y ritos en honor a los muertos-lamentos, ofrendas de comidas, danzas, intercambios de cerdos, víveres y cosas preciosas aseguraban a los vivos la protección de los muertos.
Los cultos que realizaban variaban de un lugar a otro, también podían durar días, semanas o meses y aun años. El cerdo figura en mucho de estos ritos y fiestas, comida, bebida y tabúes sexuales acompañaban a los ritos más importantes.
Antes del periodo colonial surge otro movimiento como el "Cargo Cults" expresión usada con frecuencia para condenarlos o ridiculizarlos. Este movimiento une a grupos antes separados u hostiles, pero no siempre se consigue que se adhieran todos los habitantes de una zona, el nuevo movimiento religioso va más allá de la aldea y el clan.
LOS TOE DE PAPÚA NUEVA GUINEA.
Ubicados en el altiplano meridional de Papúa Nueva Guinea, practicaban la religión tribal donde el espíritu principal es "El anciano que está en el oriente" (Ama’a Hai Ta’o). Aunque es el principal no es el creador.
Aparte de éste tenemos otros tres grupos de espíritus que viven en lugares fijos como:
(MA’ame gai) las cosas malas.
Los bisare
Los bibuyii
Las cosas malas habitan en un macizo de árboles, en una gran roca o en cualquier otro lugar natural insólito. Los hombres que tenían relación con estos espíritus y poseían la formula mágica justas gozaban de su favor y no padecían mal alguno, pero los que despertaban su ira podían verse con las piernas hinchadas o un estómago dilatado.
Creían que los espíritus bisare vivían sobre el agua y que había numerosos y terribles espíritus del agua.
Los espíritus errantes eran considerados los que vagan de un lugar a otro y se mueven en el aire.
Los espíritus de la muerte: son los más temidos por los habitantes, surgían de aquellos hombres que habían muerto en luchas entre aldeas.
El Bambú y hechicería: es uno de los más temidos por la comunidad.
MADAGASCAR
Madagascar está cerca de Africa y son fundamentalmente asiáticos y hablan una lengua malayo-polinesia, sus costumbres ancestrales regulan todos los aspectos de la vida, pero han sido ligeramente influenciados por las culturas árabe y europeas, pero todavía regulan la vida de más de la mitad de la población y afectan profundamente a la minoría cristiana y musulmana. La religión malgache no tiene escrituras o credos y posee pocas historias religiosas. En el centro de Madagascar son veneradas las doce colinas de Imerina asociados a los antiguos reyes, para ellos los primitivos habitantes de la isla son las tumbas de los vazimba, aquí son importantes las tumbas de los antepasados ya que algunos lugares son destacados edificios de piedras, en otros están metidas en el interior de los bosques, en otras son zonas de enterramientos o curvas señaladas, por postes con bajorrelieves muy elaborados y con cráneos de bueyes sacrificados en honor de los muertos, árboles, rocas, arroyos, ríos y otros relieves naturales pueden constituir el centro de un culto pero importante en la tumba de los nobles. Muchas aldeas tienen postes sagrados en su centro donde se realizan ritos, todos los lugares sagrados tienen una especie de fuerza espiritual llamada hasina que está presente en muchos objetos hechos por el hombre y van desde dijes y amuletos que protegen del mal al que los lleva, en los primeros tiempos los guerreros iban a la batalla con ellos, favorecían la entronización a los soberanos y aconsejaban por medio de sus guardianes humanos, los principales talismanes fueron quemados, pero sus memoria todavía es venerada y sus poder espiritual continua para ellos algunos animales transmiten fuerza espiritual especialmente el cocodrilo que es venerado en algunos lugares con cantos y banquetes ocasionales, esta fuerza es un poder que se puede incorporar en caso de necesidad pero que debe protegerse también de la contaminación, omitir hacerlo es un tabú y puede ser un fallo peligroso, diversas personas sagradas actúan como guardianes de los santuarios, predicen el futuro arroyando semillas en el campo curan las enfermedades provocadas por la brujería, interpretan los horóscopos o guían a otras personas en los ritos sagrados, en algunas localidades grupos de personas se entregan a la posesión de los espíritus humeando hachís o cumpliendo otros ritos, hasta la llegada de la influencia europea en el siglo XIX se usaba una forma adaptada del calendario árabe, había días reservados para ciertas acciones o prohibidos para otras, los niños nacidos en determinados días tenían un futuro tan malo que eran matados en la infancia, el año nuevo al final de la estación seca estaba caracterizado por el baño ritual del monarca, el agua que poseía la fuerza espiritual del cuerpo del rey era esparcida para fecundar a los cultivos, los animales y al pueblo, ahora ya no hay monarca pero las ideas y algunas costumbres sobreviven, en todas partes los funerales son un acontecimiento importante y los muertos son honrados regularmente con sacrificios y ritos. En Imerina son desterrados los huesos de los muertos y llevados a ritmo de danza en torno a la propiedad familiar, los difuntos gozan en la convicción con esta salida anual y en compensación el pueblo recibe protección durante otro año.
Las etapas importantes de la vida están señaladas por ritos en el nacimiento se le da el nombre al niño, no sin antes consultar al adivino, los días sucesivos al parto siguen un ritmo bien preciso, la madre se purifica saltando sobre un fuego sagrado, todos los niños son circuncidados a los pocos años de lo contrario no son realmente personas, las fiestas de circuncisión afectan a toda la familia y van acompañados de banquetes, bebidas y cantos obscenos, al comenzar la primera menstruación las chicas se ponen el vestido de adultas para desposarse y casarse poco después, todo esto está enmarcado por ritos como el ascenso a montañas sagradas, la consulta a una bruja, o el conseguir fragmentos de la mortaja o de carne en descomposición en la fiesta anual del retorno de los muertos, en los momentos de crisis se ofrecen sacrificios a los antepasados y son honrados de igual modo los lugares sagrados, el sacrificio más importante es el de los bueyes, mientras que en ocasiones menos importantes se ofrecen pollos, arroz, miel, ron, caña de azúcar y dulces. Al viajero prudente arroja pequeñas monedas en los ríos, cuelga un trozo en cada árbol sagrado, después de romper un tabú o después de una pesadilla la gente acude al adivino del lugar que prescribe un rito para alejar la amenaza.


RELIGIONES AFRICANAS.
La inmensa mayoría de los habitantes de Africa Central y Meridional hablan lenguas bantúes las poblaciones actuales de lengua bantú se han formado por migraciones y mezclas de grupos a lo largo de los siglos y se han adaptado a ambientes diversos desde la selva tropical al desierto, otros grupos de habla bantú son los ndembu, los sothoswana, los zulúes, los shona y kikuyu. La religión africana es tradicional ya que es transmitida oralmente de una generación a otra, no hay otra autoridad que no sea la palabra de los ancianos si no se fían de ellos es como no fiarse de nadie. Con el paso del tiempo esta tradición se ha ido filtrando por varias generaciones, la historia se narra de diversos modos por los varios subgrupos de los balulsa aunque fundamentalmente es la misma historia. No podemos decir que la gente de hoy no cree o no hace exactamente las mismas cosas que hacían sus antepasados cien años antes, si un visitante hubiera registrado una creencia de hace cien años y un africano actual descubriera que esa ya no es enseñada por sus ancianos no se podría decir que se han apartado de la tradición, algunas costumbres ya no están vigentes o casi han desaparecido pero esto no significa que la religión tradicional se éste muriendo sino que está cambiando o una comunidad se compone de quienes recuerdan o comparten la misma tradición, en la religión africana la comunidad tiene la máxima importancia, el individuo existe solamente en la comunidad, ser separado de esta es peor que la muerte. La religión africana se centra en los seres humanos más que en los fenómenos naturales o en los seres sobrenaturales aspira a promover los valores humanos en la comunidad, el nacimiento es sólo el comienzo del proceso para llegar a ser muntu, el recién nacido recibe un nombre con frecuencia es el de algún antepasado o de un espíritu, si un niño muere antes de recibir este nombre no es real ni totalmente un ser humano, sino una especie de espíritu que aspiraba a ser hombre, los albinos, los deformes, los niños cuyos dientes nacen desordenadamente son personas diferentes y son consideradas una amenaza para la comunidad, uno de los acontecimientos más importantes es el proceso de llegar a ser hombre o sea la iniciación, el rito de la iniciación masculina se llama mukanda y comienza con la estación seca en mayo consiste en la separación especialmente de sus madres y de todo el mundo femenino, incluyendo la circuncisión, seguidamente pasan varios meses en campamentos alejados de la aldea donde se ven sometidos a pruebas e instruidos en las creencias y en las prácticas tradicionales, al acabar vuelven a la aldea como hombres preparados para participar en la vida común, la iniciación de las jóvenes se realiza normalmente de forma individual en el momento del primer periodo menstrual, la iniciación es la puerta que introduce de lleno en la vida de la comunidad más que al individuo se puede decir que son las familias, las que se casan, tener hijos es la responsabilidad más importante de la vida, no tenerlos significa haber perdido a la comunidad incluidos los antepasados, muchos africanos creen que originariamente Dios quiso que los seres humanos vivieran para siempre pero debido a error, accidente o culpa la muerte entró en escena y no es posible escapar as la muerte, la tumba es un lugar donde se establece el contacto por medio de las ofrendas de comida y bebida, las serpientes y otros animales si son vistos cerca de la tumba pueden encarnar al difunto, una persona puede renacer incluso en más de un descendiente al mismo tiempo, en cierto sentido el nombre es el que renace ya que lejos de ser una etiqueta representa la naturaleza fundamental de una persona, la relación entre los antepasados y sus descendientes forma parte de la tradición ya que transmiten no solo mito, ritos y otras informaciones sino también sus nombres y su mismo ser, todo lo que es real procede de los antepasados.
El rey y los jefes representan a la totalidad de la comunidad y la unen con el pasado heroico, la aldea puede ser la máxima unidad y su gobierno puede estar basado en el consentimiento de los ancianos más que en la acción de un jefe, cuando sobreviene la enfermedad, la muerte o cualquier otro mal hay que averiguar la causa mediante la adivinación. Hay dos clases una sirve de varios objetos para obtener una respuesta Ngombu practicado entre vecinos de los baluba comporta el empleo de una cesta con objetos relativos a varias situaciones humanas, la cesta es sacudida y la interpretación se basa en los objetos que aparecen en la superficie y en mutua relación.
La otra es el Hakata usado por el shoma, se marcan cuatro dados de madera o de hueso que representan a un anciano, aun joven y con las palabras arriba y abajo, el adivino los arroja a tierra y los interpreta observando como queda cada uno de ellos.
Una vez descubierta la causa de una enfermedad se impone tratar de curarla y de impedir la recaída, entre los grupos que hablan bantú las sustancias que restablecen la salud se llaman bewanga.
La mayor parte de las sociedades africanas cree en una multitud de espíritus, pero también e un único poder supremo responsable de la creación del mundo.
LOS ABORÍGENES AUSTRALIANOS.
AUSTRALIA.
Creencias: los primeros europeos que observaron a los aborígenes australianos pensaban que no tenían religión alguna. Sin embargo, las creencias espirituales son fundamentales en su vida cotidiana y en sus relaciones sociales.
Los mitos pasaban de un área a otra, y todos los grupos participaban de una visión común del mundo, aunque fueran diferentes sus prácticas y sus creencias.
Aunque ningún grupo creía en un Dios supremo algunos de ellos resaltaban figuras espirituales tales como los wandjina, que aparecen en el arte rupreste nordoccidental y Baiame del que hablan muchas historias del sudeste. En el oeste y el centro, la circuncisión era el rito principal de iniciación.
Cómo perciben la creación del mundo.
Más que mirar hacia adelante a una vida después de la muerte, los aborígenes miran hacia atrás, a una era conocida como la edad del sueño. En este periodo se formo el paisaje tal y como lo conocemos hoy. Seres ancestrales como hombres-canguros, hombres-pájaros (emu), mujeres- pájaro jardineras y hombres-higuera se movían sobre la haz de la tierra cazando, combatiendo, casándose, riendo y realizando ceremonias. Las huellas de sus pies y sus acciones se convirtieron en las montañas, los lagos, los árboles, las cuevas, las estrellas y otras conformaciones del paisaje.
Los puntos centrales de estas historias son las localidades totémicas vinculadas a clanes particulares. Estos clanes son considerados como descendientes de seres ancestrales. Un anciano puede señalar a una roca considerada el hombre-higuera y decir: "Este es mi abuelo".
Las localidades más importantes son consideradas sagradas, y sólo los hombres pueden visitarlas. Otras pueden ser visitadas por mujeres y niños.
Ritos y Cultos.
Los aborígenes no tenían sacerdotes y todos desempeñaban un papel en las ceremonias, los ancianos eran muy respetados. Estos hombres guardaban las tablillas o piedras especiales en las que estaban grabados los modelos que representaban las historias. Estas tablillas estaban ocultas en las cuevas y se sacaban en ocasiones rituales para recordar y enseñar las historias. Signos simbólicos pintados en las paredes de las cuevas obedecían al mismo propósito. Las localidades, las tablillas, las rocas y algunos ciclos de cánticos y de pinturas rupestres eran considerados sagrados, y podían ser vistos o escuchados sólo por los hombres.
Las actividades de la edad del sueño están representadas en ritos conocidos como "Corroboree". Normalmente estos consisten en danzas acompañados por el canto. La pintura del propio cuerpo y la preparación del lugar son esenciales para la representación. Algunos Corroboree son vistos por todos los miembros del grupo, otros sólo por los hombres. Las mujeres tienen sus cantos propios y danzas relacionadas con los cultos de la fertilidad y con los roles de esposa y madre.
Algunas ceremonias son ritos de transición. Un muchacho aborigen, por ejemplo, se convierte en hombre, no al llegar a cierta edad, sino al someterse a ritos de iniciación como la circuncisión. Desde ese momento, el joven es introducido en los misterios de la vida sagrada de los hombres, aprende sus historias y cantos y puede ver las tablillas y los lugares sagrados, el joven que se somete a este periodo de iniciación es considerado como sagrado. El hombre que inflige a un joven las heridas de la circuncisión ha de proveerle también de una mujer de su propia parentela.
Ritos de Suministro de Alimento.
Como cazadores y recolectores, los aborígenes no tenían seguridad en el suministro de alimento, solamente posible con el ganado o la agricultura. Trataron por ello de conseguir algún control sobre los acontecimientos realizando ritos para aumentar el abastecimiento de un alimento en particular o para provocar la lluvia. Entre estos ritos podemos citar:
Restregar una roca especial con una piedra o un ocre rojo.
Limpiar un lugar.
Derramar sangre sobre las rocas o las tablas sagradas.
Ejecutar cantos y danzas especiales.
Como ven el más allá.
El aborigen cree que el mismo espíritu que vive en él vive en él vive también en los animales y en las plantas totémicas, en las rocas, en los lagos, en las historias y en los ritos. En el momento de la muerte el espíritu abandona el cuerpo y retorna a una existencia espiritual. Así el aborigen esta relacionado con su entorno, con todos los miembros de su parentela y con otros grupos de la vecindad, así como con las generaciones pasadas y futuras. Sus creencias le ayudan a aceptar las circunstancias de la vida y a conocer que, a pesar de las actividades de los espíritus del mal que traen la muerte, la enfermedad y los desastres naturales, hay quien piensa y se cuida de él.
Desde la entrada de los europeos en Australia, muchas tribus aborígenes han desaparecido y otras han perdido todo vestigio de su vida tradicional. Pero algunos grupos del norte, oeste y centro han mantenido sus valores, sus creencias y sus ritos tradicionales.
En la actualidad todavía se mantienen los ritos de iniciación a la mayoría de edad.

LOS MAORÍES DE NUEVA ZELANDA.
Surgen en Nueva Zelanda. Los maoríes comparten algunos rasgos religiosos con los habitantes de la Polinesia (Islas Hawaii, Nueva Zelanda y las Islas de Pascua). Sus historias de la creación son muy similares y tienen en común un cierto numero de Dioses, aunque difieren en sus roles y en su rango.
Como perciben la creación del mundo.
La mitología maorí nos habla de los primeros padres Ranginui y Papatuanuku, que estaban unidas en un estrecho abrazo. Los hijos, tan pronto como nacieron, estuvieron aprisionados entre los padres y apenas llegaron a entrever la luz. El mito dice como lucharon los hijos para escapar: después de varios intentos, un hijo, Tane, colocó sus pies contra Rangi y sus brazos contra Papa, empujó con toda su fuerza y, ayudado por sus hermanos, separó a sus padres. Rangi se convirtió en el cielo, y Papa fue la tierra, Cielo – Padre y Tierra – Madre. El dolor de su separación se manifiesta en la caída de la lluvia y en la formación de las nieblas.
Tane se convirtió en el Dios de los bosques, Tangaroa de los mares, Tunatauenga de la guerra, Rongo de la agricultura, y Whiro, el malvado, fue el rey de las zonas oscuras de la vida. Tawhirimateo permaneció con su padre convertiéndose en el Dios de los vientos y de los huracanes.
Los hermanos que eran inmortales formaron una mujer de la tierra, y Tane le inspiró un aliento de vida: así entro la mujer en el mundo. Tane la llamó Hinetitama y la tomó por esposa. Su descendencia fue la raza humana. Estos seres son llamados dioses o "poderes" (atua).
Creencias: los antiguos filósofos maoríes expresaron sus creencias en cánticos. Uno nos habla del tiempo de la nada (te kore); mucho después vino el tiempo del ser potencial (te korekore) y luego la oscuridad profunda (te po).
Por fin fue derrotada la oscuridad y apareció el mundo de la luz (te aomarama). De estas ideas deriva la concepción maorí de un universo tripartido: el cielo, el mundo de la luz y la gran oscuridad; el reino de los muertos.
Io era el origen último de todo poder sobrenatural (mana). Vivía en lo más alto de los doce cielos y tenía control último de todos los acontecimientos. Io sólo era conocido por los iniciados, cuidadosamente elegidos y preparados en completo aislamiento, que celebraban para él ritos apropiados en lugares aislados y que nunca hablaban de él.
Los maoríes reconocían otros poderes. Algunos eran poderes de tribus o de territorios particulares; otros eran Dioses familiares, conocidos como guardianes (kaitiaki).
La mayor parte de las tribus y subtribus tenían un objeto llamado monstruo mítico, ejemplo un tronco o una masa flotante de algas. Se creía que algunos vivían en agujeros profundos de lagos o ríos, y unas veces eran consideradas como buenos y otras como peligrosos.
Los espíritus (Wairua) podían ser buenos o malos. Un antepasado difunto, al que no se le había sepultado adecuadamente y, por lo mismo, no estaba con los antepasados, se convertía en espíritu vagabundo que molestaba a sus descendientes hasta que se celebraran los ritos. Los espíritus de los fetos abortados eran considerados como perturbadores y malignos.
Los maoríes no tenían templos, ni altares; aunque usaban lugares especiales donde se realizaban ciertos ritos. A veces colocaban grandes piedras esculpidas, en un claro del bosque, que eran usadas por un adivino (tohunga matakite) como lugar para invocar a su propio Dios. Las piedras eran lugares donde el adivino podía colocar una ofrenda esperando a que el Dios tuviera a bien habitar temporalmente en ellos. Los "Postes - Dios" se usaban para los ritos agrícolas. Los dioses menores, que no hacían lo que se esperaba de ellos, eran abandonados.
El sacrificio no destaca mayormente en la religión maorí, a excepción de las ofrendas de comidas hechas para aplacar a un Dios y demostrarle respeto.
Era común ofrecer los primeros frutos de la cosecha a Rongo. El corazón de la primera persona muerta en guerra era ofrecido a Tumatauenga y después, si se trataba de una persona de rango, era comido por el vencedor a fin de conseguir la fuerza espiritual de la víctima. Cuando se construía una casa de reunión o de consejo especialmente importante, era frecuente enterrar el cuerpo de un esclavo debajo de la columna principal.
El espacio que rodea a una casa de reunión era considerado sagrado cada vez que tenía lugar en él una asamblea.
Se observaban normas estrictas. Cuando alguien moría, el cadáver era llevado a la casa de reunión para que estuviera de cuerpo presente durante los ritos. La ceremonia podía durar varios días y noches, y se reunían allí todos los miembros de la extensa familia. Entre los maoríes la muerte era y es todavía un asunto público.
Ritos y Cultos.
El rito era muy importante para los maoríes, y destacaba el correcto recitado del Karakia. Si un sacerdote se equivocaba al pronunciar una formula de encantamiento, se consideraba como mal agüero, seguido de un desastre.
En los ritos, el agua, el fuego y la comida cocinada tenían un significado especial, porque podían derrotar al mal. En ciertos ritos especiales el sacerdote estaba metido hasta el pecho en agua corriente para protegerse de las fuerzas que estaba evocando.
Como ven el más allá.
Los maoríes consideran el universo como sagrado, por lo que la tierra es muy importante para ellos. Todos los hombres vuelven con la muerte a la Tierra Madre (Papatuanuku). "Son recibidos en el vientre de Papa". La tierra es confiada a las tribus y subtribus para que la conserven para las nuevas generaciones, y ha de ser cuidada como un hombre cuida de su propia mujer. Estar sin tierra es no ser nadie. Tener tierra es pertenecer al pueblo, tanto de los vivos como de los difuntos. Los sueños y las visiones son considerados como mensajes del mundo de los espíritus. Se creía que el espíritu de una persona abandonaba con frecuencia el cuerpo y viajaba por vastas regiones durante el sueño. Era importante despertar dulcemente a una persona que dormía para dar tiempo al espíritu de retornar al cuerpo.
El nacimiento y la muerte ocupaban un puesto preminente en la religión maorí. En el nacimiento, el padre o un sacerdote recitaban un Karakia, para que se le infundiera una fuerza sobrenatural al niño, especialmente si era el primogénito. Entre ellos no había ritos de iniciación, ya que el niño era considerado como miembro de pleno derecho de la familia y de la tribu desde su nacimiento.
Los ritos fúnebres eran complicados y largos, y todavía ocupaban un puesto importante en la vida maorí. En ellos se expresa el propio dolor, se da el último adiós al muerto, se hacen las reconciliaciones finales y se envía el espíritu de la persona muerta a la antigua patria (Hawaiki), donde se instala con los antepasados.
Los ritos finales devuelven a los familiares a la vida ordinaria, purificados del dolor. El duelo es público y en lo posible los ritos se hacen en la casa de reunión, ya que el finado pertenece a la tribu y no a la familia particular.
El concepto de premio o castigo futuro está completamente ausente. Los espíritus que se han ido van a "arriba" o "abajo" y parecen vivir una vida similar a la de este mundo. Pueden interactuar con los miembros vivos de la subtribu a la que pertenecieron en vida. El reino de los muertos (Rarohenga) es guardado por el Gran Factor de la Oscuridad (Hinenuiatepo), a través del cual hemos de pasar para llegar al mundo inferior.
Originariamente, Hinenuiotepo era Hinetitama, que se apartó de su marido Tane, que le había inspirado un aliento de vida.
LOS ZULÚES.
Viven en la Costa Oriental de Sudáfrica. Los primero escritos sobre las ideas religiosas de los zulúes data de unos 100 años. Cultivaban la idea de un Dios en el cielo y que se preocupaban más bien de la ultratumba.
Gracias a las misiones cristianas se desarrolló entre los zulúes tradicionales la idea del "Señor del Cielo, INKOSI YEZULU".
Es único y eterno, de él emana el poder y la fuerza. Es la fuente del bien y del mal. Es amable y generoso, pero también voluble e imprevisible.
En situaciones de crisis como la sequía y la esterilidad se vuelven a él.
Él envía el rayo que golpea al que él quiere sea su esclavo allá en el cielo. Sólo hay que acercarse a él en ocasiones especiales y sólo después de una larga preparación.
Sólo suben a las montañas cuando piden la lluvia, para lo cual deben: ayunar y orar mucho.
Cuando ya todos están preparados y llega el día fijado, se reúnen al pie de la colina. Suben en silencio, con temor, con la cabeza baja y caminando humildemente.
Entonces el doctor de la lluvia recita la oración, mientras que la tribu de rodilla o echados en el suelo escuchan, luego retornan en silencio ya que aquel en cuya presencia están es terrible.
Las sombras que se ciernen.
En la vida de los zulúes, ultratumba o, lo que es lo mismo "las sombras de los difuntos" juegan un papel decisivo.
En momentos de crisis las sombras incuban sobre sus descendientes. Las principales ocasiones son el nacimiento, la pubertad, el matrimonio, la muerte y el entierro.
El incubar de las sombras de los difuntos anuncia el nacimiento de una persona diferente.
Un mundo al revés.
Los adivinos zulúes dicen que ven las cosas al revés. En el mundo de las sombras la oscuridad se torna luz y la luz tinieblas. El hombre trabaja de día, las sombras actúan de noche. En el mundo de las sombras la mano derecha es la izquierda y la izquierda es la derecha. Por eso los adivinos, siervos de las sombras usan a menudo la mano izquierda cuando adivinan.
Si los zulúes creen que vivimos en la superficie de un mundo semejante a una tarta, se sigue en buena lógica que los que viven en el otro lado estén al revés que nosotros. De ahí que las personas fueran sepultadas de noche, para que los difuntos pudieran legar a la región de los muertos "en un momento en que pudieran ser vistos en aquel nuevo país".