El portador de la luz “Lucifer“, también llamado lucero del
alba, el portador de la aurora, alguno de estos conceptos se remiten al planeta
Venus en la actualidad, al que también se le dice Lucero del Alba.
Casi todas las culturas hacen referencia a un ser caído del
cielo, un ángel caído en la religión cristiana, El ángel más bello al servicio
de Dios.
Los mormones hacen referencia Lucifer el ángel caído, vieron
a Satanás a perdición, la llegada de la serpiente del paraíso, que se rebela
contra Dios.
También en el Popol Vuh, el libro sagrado de los Maya-Quiché
se menciona a un ser que parece hacer referencia Lucifer: Vucub-Caquix (Siete
Guacamayos rojos); es decir un personaje resplandeciente como el fuego. Él
decía: —Yo soy el Sol, la claridad, la Luna. Grande es mi esplendor. Por mí
caminarán y vencerán los hombres. Porque de plata son mis ojos,
resplandecientes como piedras preciosas, como esmeraldas; mis dientes brillan
como piedras finas, semejantes a la faz del cielo. Mi nariz brilla de lejos como
la Luna, mi trono es de plata y la faz de la Tierra se ilumina cuando salgo
frente a mi trono. Así, pues, yo soy el Sol, yo soy la Luna...—Yo soy el que
sacudo el cielo y conmuevo toda la tierra...se vanagloriaba únicamente de sus
plumas y riquezas.
«¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora!
¡Has sido abatido a tierra, dominador de las naciones! Tú que habías dicho en
tu corazón: ‘Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré
mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión... subiré a las alturas del
nublado, me asemejaré al Altísimo’. ¡Ya! Al sheol (mundo subterráneo) has sido
precipitado, a lo más hondo del pozo», escribió Isaías para celebrar la muerte
del Rey asirio Sargón II. La referencia al Rey como «Lucero, hijo de la Aurora»
fue entendida por los Padres de la Iglesia como una denominación al Diablo.
Cuentan que el Arcángel Lucifer, deslumbrado por su propia
belleza, rechazó y declaró la guerra al ser humano como proyecto principal del
Plan de Dios y, renunciando a seguir sirviéndole, -cual era su cometido-,
cayó en el pecado de la Soberbia… ¡soberbio pecado!
La historia de La Caída es universal, no es sólo propia
del Catolicismo o del Judaísmo, sino que ha sido contada a toda
la humanidad de forma similar en muchos textos sagrados, así como también en
diversas leyendas, mitos y tradiciones.
La Biblia cuenta que Lucifer expresó ante Dios su disgusto y
su voluntad de no querer que el Plan se cumpliera, a su entender, por
injusto. Él, tan bello, tan capaz, tan luminoso, ¡¡no deseaba servir al
ser humano, tan tosco, tan simple, tan primario, y tan “preferido” por el
Logos!!.
En un pasaje del Antiguo Testamento se relata un
curioso diálogo entre Dios y Lucifer en el que éste último le pregunta:
“¿De verdad estás seguro de que el hombre te será fiel? Yo
puedo hacer que el hombre peque contra ti y en lugar de seguir tus leyes siga
las mías, yo puedo hacer que me adore. Pongámosle a que elija a su dios,
démosle un tiempo para que elija. Si estás tan seguro del hombre no pondrás
objeción para someterlo a prueba. Si se demuestra que sigue tus Leyes, yo,
Lucifer, le serviré”.
Más allá de que lo que escribo pueda venir en escritos, en
estudios de blogueros o simplemente en la cábala o la biblia, el razonamiento
de que a Satanás, lucifer o Lucero del Alba, lo mantengamos como la imagen del
mal, no es sino una de las teorías de algunas religiones.
Después de razonar todo lo que se escribe sobre él y más allá
de creer o no en su existencia, podría deducir que la manzana ofrecida por
Lucifer, que la tentación ofrecida por el Lucero del Alba, no es más que el
conocimiento que nos ofrece un ser superior comandado por alguien superior a él
y enviado como caído “aquí cada uno puede pensar si caído o llegado”, para que
la humanidad en este caso en la tierra avance en el conocimiento con libre albedrío.
Esta teoría cuadraría con que Dios y sus legiones fueran
enviados de otros planos o existencias,
Pero ya cada uno crea o no que tenga sus propias
conclusiones.