Conferencia del Rabino Iosef Bittón
Historia de los Principios
Vamos a comenzar. Como dije, la Torá afirma que
en el principio Dios creó los cielos y la tierra. No vamos a hablar
desde la fe. En realidad, en el judaismo no existe el conocimiento
"por la fe". Vamos a enfocar este tema de la forma más
científica posible: con evidencias, datos, hipótesis.
En primer lugar, tenemos que ubicarnos en lo que fue la
antigua concepción humana del Universo, del cosmos. La afirmación de
la Torá, Bereshit, en el principio existió una creación divina, no fue
nunca muy bien vista por la ciencia. De hecho fue rechazada por los
científicos de la antigüedad.
Uno de los más grandes sabios que conoció la humanidad, cuyo
pensamiento y ciencia rigieron el conocimiento científico del hombre durante
siglos, fue Aristóteles. Y Aristóteles describió un Mundo estable,
finito, y eterno. Porque él, como nosotros, salía afuera y miraba el cielo y
las estrellas y veía que los astros se desplazaban en órbitas aburridas,
mecánicas y matemáticamente previsibles. Entonces este Mundo, decía
Aristóteles, siempre existió así como lo vemos ahora. No tuvo ningún
"principio" y siempre seguirá siendo el mismo y por lo tanto
"no hubo nadie que lo creara". Incluso desde el punto de
vista filosófico el dios -con minúsculas- de Aristóteles era un dios privado de
voluntad. Para Aristóteles el hecho de que existiera una creación
reflejaría una modificación en Dios, y su dios era estable y por la misma
proyección del universo, eterno, e inmutable. A Dios, según el
pensamiento aristotélico, no se le podría ocurrir de
pronto querer un universo. Por lo tanto, ya sea desde el
punto de vista físico y astronómico, como desde lo filosófico, Aristóteles y
toda la ciencia desde él hasta nuestros días, sostuvieron
que "Bereshit" no existió. El mundo era eterno.
La Edad Media registra innumerables discusiones de sabios
judíos frente a sabios aristotélicos. Los sabios aristotélicos
demostraban “científicamente” que el mundo era eterno, y los sabios judíos,
siempre a la defensiva, declaraban un tímido Bereshit, que entonces, era casi
una proclamación de fe.
Quizás el paradigma de esta defensa lo representó el famoso
Rabí Moshé Ben Maimón, que tanto hemos citado acá, a quien se le conoce como
Rambam o Maimónides. Ese ilustre sabio, médico, filósofo y astrónomo, que tuvo
el pueblo judío, es sin duda el modelo de inspiración de estas
jornadas. El fue quien discutió con los sabios aristotélicos
manteniendo que el mundo había tenido un principio. Y lo notable es
que hasta bien entrado el siglo XX todavía la ciencia seguía afirmando que el
mundo era finito y eterno, que no existió un "Bereshit".
El descubrimiento de Andrómeda
¿Cuándo es que se descubre que el mundo tuvo un principio,
que hubo un Bereshit, que el mundo no era eterno? Hubo varios
sabios y astrónomos, que con telescopios cada vez más potentes
empezaron a ver diferentes puntos de nuestra galaxia. Desde Galileo y Copérnico.
Y por supuesto a partir de nuestro siglo XX, comenzaron a observar otras
galaxias y vieron que éstas no se desplazaban en órbitas, como
hubiéramos esperado. Es decir, mientras que todos los astros y los cuerpos
celestes de nuestra galaxia aparentemente sí se desplazaban de forma orbital,
las galaxias no hacían lo mismo. Vesto Slipher fue el primero que lo
percibió, pero el científico que lo pudo verificar fue Edwin Hubble. (Hoy
tenemos grandes y poderosos telescopios en su nombre). Año 1925 más
o menos, Hubble descubre una galaxia llamada Andrómeda. A través de una
sofisticada medición de la luz denominada "efecto
doppler", (es una forma de medir la luz que va llegando de las galaxias
más lejanas) él calculó que esa galaxia se estaba "alejando" de un
punto de referencia establecido, a una velocidad astronómica. E
incluso descubre otra galaxia que está más lejos que Andrómeda, y que se aleja
más rápido que Andrómeda, lo cual empieza a demostrar una imagen del universo
hasta ahora desconocida. Si pasamos la película para atrás, lo
podremos entender... La galaxia Andrómeda, a una velocidad 10
digamos, está en el punto A. La otra galaxia a una velocidad 12,
está en un punto B, más alejado, o sea que cuanto más rápida es la velocidad de
la galaxia, más alejada está. Por lo tanto si volvemos hacia atrás
la película de todas las galaxias que se van alejando, llegaríamos a un punto
en el cual todas las galaxias vuelven a un centro original, un punto. Y de
aquí, un poco después, en el año 1946, el famoso científico George Gamow,
elabora la teoría del Big Bang. Es decir, de que en realidad en un principio
todo era una impresionantemente poderosa super-bola de fuego, decía Gamow, de
energía, que al explotar dio origen a todas las galaxias, las mismas que hasta
hoy se siguen dsplazando por efecto de esa primigenia explosión.
Demasiado parecido a la Biblia...
A esta teoría, en sus principios, se opuso nada más y nada
menos que el Prof. Albert Einstein. Y fíjense cuáles fueron los argumentos de
él para oponerse. El decía que esa teoría era muy sospechosa y que
el "no quería caer en manos de
sacerdotes". ¿Porqué? Porque Einstein entendió que
demostrar que el universo tuvo un principio, era acercarse demasiado a una
teología.
Si hubo un inicio, entonces alguien tuvo que
iniciarlo. Ya que hay leyes físicas de conservación de masa y energía que
no "permiten" que algo de pronto aparezca así, espontaneamente y de
la nada.
Previendo ésto, Einstein y todo un grupo de científicos
con una orientación secular se negaron a aceptar esta
teoría. Incluso el mismo Einstein inventó la hipótesis de "la
constante cosmológica" para explicar el fenomeno descubierto por Hubble
-que después consideró como uno de los mas grandes errores de su carrera
profesional.
Pero la teoría del Big Bang (a propósito, el
nombre Big Bang lo puso un científico que no apoyaba esta teoría, llamado Fred
Hoyle. Este científico americano se burlaba de esta hipotesis y la
bautizó "Big Bang" con un tono despectivo y
burlón...) tenía que ser demostrada científicamente, no sólo por esa
película hacia atrás, que podemos deducir, sino que se esperaba que esa
explosión hubiera dejado como un "residuo" de su "onda
expansiva", como cuando tiramos una piedrita en el agua... que teórica
y matemáticamente, esas ondas se expanden ad eternum, nunca se
acaban. Entonces, esta teoría prevía que debería existir un tipo de
ondas llamadas Kelvin, en una frecuencia de más o menos 3,5 grados.
En 1964, dos investigadores que trabajaban para la compañía Bell Telephone
de Estados Unidos, Wilson y Penzias, haciendo experimentos con antenas para las
instalaciones telefónicas descubren esta
radiación. Descubren la radiación de Kelvin 3,5... ¡Una
radiación constante y permanente en todo el Universo! Si ustedes la quieren
ver, si
quieren percibir ese eco del Big Bang, lo pueden ver en sus
Televisores. Cuando no sintonizan ningún canal, ese ruido y esa
lluvia en la pantalla, es nada más y nada menos, queridos amigos, que el eco
original del Big Bang. Años después, hace relativamente poco, el satélite
"Kobe" también registra la misma onda expansiva universal. Otro dato
que también tenía que ser confirmado era la cantidad de nitrógeno y helio
existente en el Universo, y también coincidió con lo que se calculaba
desde la teoría del Big Bang. La cuestión es que a partir de estas dos
confirmaciones ya ningún científico serio se atrevió a cuestionar el Big
Bang. La teoría fue absolutamente aceptada. Esto lo sabe todo
el mundo...
El fin de la gran conspiración
Mi gran pregunta es si ustedes sabían que la teoría del Big
Bang era toda una confirmación del Bereshit, y la rotunda negación de aquello
que la ciencia estuvo sosteniendo durante siglos. ¿Eran Ustedes concientes
que el Big Bang representaba la ratificación, por parte de la
ciencia de que existió un principio, un Bereshit?
De qué recién en este siglo se afirma lo que la Torá ya
había afirmado hace tanto tiempo...
El mundo no es eterno, el mundo tuvo un
principio. La ciencia lo llama Big Bang, nosotros lo llamamos Bereshit...
De la misma manera, lo que la ciencia denomina
"radiación Kelvin 3,5" nosotros lo llamamos el eco de la
creación divina...
En las últimas décadas, varios científicos honestos de
vanguardia, que no encuentran otra posible explicación de cómo de pronto surge
algo de la nada y habiendo abandonado el modelo del universo estático, empiezan
a hablar con un término que no tiene casi nada que ver con lo científico.
Comienzan a mencionar el concepto
"Creación".
Les voy a leer un pequeño párrafo de un libro
que recomiendo mucho. Es del Prof. Natan Aviezer, de la
Universidad de Bar Ilan. El libro se llama “Bereshit Bará” (En el
principio creó...) El autor escribe acerca de las coincidencias
entre el relato bíblico de la creación y la descripción científica de la
Cosmogonía, (el nacimiento del Cosmos). Está en castellano. Ha sido
traducido hace muy poco tiempo. Les voy a leer las citas que
trae respecto a los científicos modernos que hablan de
Creación. Aviezer dice así, citando a prestigiosos científicos: “La
creación del universo ha llegado a ser un hecho científicamente aceptado. El
desarrollo de la radioastronomía en los últimos años ha aumentado
considerablemente nuestro conocimiento de partes distantes del
universo. Como resultado el origen violento y espontáneo del
universo ha sido aceptado en forma general. Parece ser acertado que
hubo un tiempo definitivo de la creación” .
[Ver Bibliografía al final]. Quiero que entiendan, queridos
amigos, qué significa la palabra Creación en el vocabulario de un
científico. Es instructivo repasar algunas frases dichas por cosmólogos que son
considerados líderes en su profesión. ¿Quién conoce alguno de
ellos? Quizas el más famoso y popular de todos
sea el inglés Stephen Hawking, que no es para nada un científico
religioso. El escribió lo siguiente : “El actual punto de vista
de la Creación ocurre fuera del campo de las leyes conocidas de la física”. Lo
dice en el libro de Stephen Hawking, “The Large scale Structure of Space Time”,
Cambridge, 1973. El Prof. Allan Guth, del Instituto Tecnológico de
Massachussets, el Prof. Paul Steinhart, de la Universidad de Pennsilvania,
escriben: “El momento de la creación sigue aún sin ser
explicado”, en una publicación que edita la prestigiosa revista “Scientific American”
en 1984 hablando de creación. Los títulos de dos recientes libros de
Cosmología -no de Teología- son: “La creación” y “El
momento de la creación”. Y finalmente, un reciente título publicado
por las más prestigiosas revistas de investigación de física, lleva el
siguiente título: “La creación del Universo a partir de la
nada”. Todo esto nos hace replantearnos, yo creo que positivamente,
cómo la ciencia o los científicos van descubriendo, en cierta forma, lo que la
Torá afirmó hace mucho tiempo...
Carta de lector
En la revista Newseek apareció el año pasado una
editorial acerca del Big Bang. Las últimas descripciones del Big Bang a partir
de las nuevas fotografías de los másmodernos satélites. En
el otro número del NewsWeek, hay una carta de un lector. Resulta que
en el artículo mencionado se habla de cómo la teoría del Big Bang explica
o describe el surgimiento del mundo. Entonces un señor llamado
Walter Edgard, de Louisiana escribe lo siguiente: "Estuve
sorprendido de las fotografías que vi del periscopio Hubble. ( En
ese artículo se mostraban fotografías impresionantes de las galaxias, y se
deducia cómo habría sido su comienzo y evolución...) Pero cuando leí la
declaración de que en un momento dado, según la teoría del Big Bang, las luces
del universo se encendieron le dije instintivamente a mi esposa: suena como
Génesis, cuando Dios dijo: “Que sea la luz” y surgió una explosión
de luz. Entonces pregunto: ¿Están los astrónomos gastando millones
de dólares por algún tipo de descubrimiento que ya conocemos desde hace tantos
siglos atrás?” Esa es la interesante reflexión que hace este lector
de la Newsweek.
Hace muy poco tiempo atrás, en 1988, la NewsWeek presenta
otra editorial con un título muy provocativo "Science finds
God" = “La ciencia descubre a Dios”. También en este artículo se
afirma lo que recién acabamos de decir, que el Big Bang es en realidad una
corroboración del Bereshit. Claro, insisto nuevamente en esa
pregunta a la que no tengo respuesta. ¡Así no nos lo enseñan en la
escuela! Al contrario, pareciera ser que al Big Bang se lo
presenta en oposición a Bereshit, como la alternativa laica
para explicar el surgimiento del mundo. ¡Cuando en realidad es
exactamente al revés! El Big Bang es la primera (y por ahora mayor)
confirmación científica de Bereshit.
Un científico moderno citado en
este artículo dice: “Ha sido la ciencia, mi ciencia, la
Cosmología, quien me ha acercado más a la conclusión de que el mundo es mucho
más complicado que lo que la ciencia lo puede explicar. Es
únicamente a través de lo Sobrenatural que puedo llegar a entender el misterio
de la existencia”. Es como si algo sorprendente estuviera pasando entre
aquellos dos contrincantes, viejos contrincantes -la ciencia y la religión-
parece que están encontrando un camino en común. Uno está ayudando a
descubrir al otro. Pero como dijimos, aquí esa información no nos
llega...
En el artículo del Newsweek que les mencione se
explica: "George Gamow, a partir del Big Bang, describió la
teoría de que el universo comenzó a partir de una primera explosión, una
creación o un surgimiento instantáneo... la teoría del Big Bang,
abre las puertas para la idea de un Creador". Lejos, muy lejos
de que el Big Bang sea una teoría de exclusión de Dios, es una teoría que confirma
Bereshit.
Teología subjuntiva
Quisiera analizar ahora, no las similitudes, sino lo
que aparentemente son las grandes diferencias entre el Big bang y el
relato bíblico de la Creación: el primer tema es el tiempo
"cuándo, cuánto hace que surgió/fue creado el Mundo"
Veamos si son insalvables las diferencias entre la Torá y la
teoría del Big Bang.
La ciencia dice que el Big Bang ocurrió hace 15.000 millones
de años. La Torá dice: 5760 años... Bueno, la diferencia no es
tan pequeña como para atribuirla a un mero error de cálculo... Es decir,
aquí tenemos una distancia abismal entre una y otra postura, un punto de
desencuentro muy grande. Veamos si es posible encontrar una forma
deconsonacia entre ambos puntos...
Para ello quiero describir, compartir con ustedes, dos
pensamientos que creo nos ayudarán a entender qué significa esto de los tiempos
distintos. Antes quisera contarles lo que una
investigadora americana, Nancy Murphy, propone para el estudio de las
ciencias y de la Teología, genralmente excluída, en los niveles de
educación media y académica: ella propone una Teología
Subjuntiva. ¿Qué significa "La Teología
Subjuntiva"? Una manera de plantear las verdades teológicas de
manera teórica y confrontarlas de ese modo con el conocimiento científico
moderno. Una presentación de la teología que no sea indicativa y mucho
menos imperativa. Subjuntiva significa “si fuera qué... si hubiera existido,
por ejemplo, una creación.”
Yo voy a hacer uso de la misma estrategia para
explicarles a ustedes cómo puede funcionar esto de las diferencias
de cálculo de edades entre el Big Bang y la Torá. Si por
ejemplo "suponemos" la creación y partimos de que Dios acaba de crear
hace un minuto al primer hombre. Y ahora tratamos de visualizar este escenario
¿Cómo imaginamos al primer hombre creado por Dios? ¿Lo creó como un bebé recién
nacido o como un adulto? Ustedes, aunque sea intuitivamente ¿qué dirían?
Seguramente pensaran que no lo creo como un bebe porque de esa manera no
hubiera podido sobrevivir. El Midrash, es decir la parte no Halájica
del Talmud afirma, que Dios creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de
unos 20 años. Ahora imaginemos que a través del túnel del
tiempo viajamos hasta ese primer minuto de la creación del hombre. Estamos
allí, frente a frente, con Adam, con el primer hombre de la creación. Y
asumiendo lo que dice el Midrash, este hombre (¿sin ombligo?) tiene el cuerpo
de un joven. Supongamos que somos científicos y nuestra misión desde el futuro
es investigar la edad de este hombre. Llegamos un minuto después que
fue creado. Ya no está Dios "explicitamente" presente. (¡Como
ahora!). Ustedes como científicos ¿qué edad le atribuiríana
este individuo? Creo que ninguno de nosotros se atrevería a pensar que
este joven tiene sólo un día de vida, ya que como científicos tenemos que
basarnos exclusivamente en los datos que tenemos frente a nosotros.
Entonces más o menos estimaremos que este hombre tiene...
digamos entre 18 y 22 años. La pregunta es si estaremos equivocados
al atribuírle al primer hombre esa edad. ¿Sí o no? En realidad "Sí y
no". Desde el punto de vista científico NO estamos equivocados,
porque el individuo en cuestión posee un cuerpo de 20 años. Pero desde el
punto de vista de la realidad que asumimos, o sea nuestra Teología Subjuntiva
estaremos muy equivocados, porque este hombre tiene un minuto de
vida. Es decir que en general, si suponemos la creación, si partimos
del supuesto de la creación, se presentan ante nosotros dos formas de medir el
tiempo totalmente distintas, y en cierta forma las dos
correctas. Tomando en cuenta las reglas de juego de la ciencia, no
puedo esperar que los científicos digan otra cosa, porque lo que la
ciencia no ve, no detecta y no mide (en este caso el fenómeno de la
Creación) no puede considerar. La ciencia sólo puede
trabajar con los elementos que tiene frente a sí, nada más. ¿De que
podríamos culpar a un científico si nos dice que ese hombre, que Adam,
tiene 20 años?
Pensemos ahora, por ejemplo, en la edad de una cadena
montañosa. Imaginemos que Dios dijo: “Que sea la cadena
montañosa”. Y en un minuto se crea la cadena
montañosa. Un científico que se presente en ese momento nos va a
decir: Bueno, esta cadena montañosa tiene, digamos, un millón de
años. Ya que es el tiempo que le llevaría a los movimientos sismícos y
geológicos hacer surgir una cadena de montañas.
Nuevamente, por un lado -internamente- tiene un millón de
años, pero fue creada ayer. Alguien puede decir: la luz de esa estrella
tardaría cinco millones de años en llegar a la tierra. Es
verdad. Entonces ¿cuántos años tiene esa
estrella? ¡Por lo menos cinco millones de años! Pero si suponemos
que Dios la creó "ayer" con la luz ya sobre la tierra, estaríamos
midiendo simplemente cuánto tiempo le hubiera llevado a la luz llegar si
no hubiera sido creada así por Dios. Un último
ejemplo. Si suponemos la creación, volvemos a los
primeros días, cortamos un árbol y encontramos que tiene 50 anillos,
como científicos vamos a afirmar que tiene 50 años, aunque en realidad puede
ser que tenga un solo un día.
¿Quién da más?
En conclusión, la cuestión es si consideramos
la creación o excluimos la creación. Si suponemos la creación, las
edades casi "necesariamente" se van a medir de dos formas
muy distintas.
Entonces, a mí como judío, no me preocupa que la ciencia
afirme que el mundo tiene seis mil millones de años o más. En
realidad para mí, los científicos estarían describiendo cuánto tiempo le
hubiera llevado al mundo llegar a lo que fue si no hubiera sido creado por
Dios. Nada más que eso.
Dios dijo: "Que sea la luz y fue la luz”. El
Todopoderoso pudo haber creado todo el inmenso Universo que existe en un breve
instante . Si la ciencia calcula que para que eso sucediera, para
que surja este Universo "si no hubiera mediado la creación"
habrían tenido que pasar quince mil millones de años, es un tema de la
ciencia y es una conclusión correcta desde el punto de vista de la
ciencia, dadas sus reglas del juego. Pero esa medición de tiempo
científica es teológicamente irrelevante y no representa ninguna
contradicción al relato bíblico de "la
creacíon".
Relatividad
Para profundizar un poquito más, no mucho, porque no tengo
los conocimientos para hacerlo, veamos lo que Einstein nos ha enseñado
acerca del tema "tiempo". Creo que es una idea muy valiosa para
entender el fenómeno Bereshit y los seis primeros días de la
creación. Einstein descubrió lo que Newton no
sabía. Newton afirmó que el tiempo en todos lados, en todas las circunstancias, transcurría de
la misma manera. La gran y célebre teoría de la
relatividad de Einstein define que el tiempo es relativo. No pasa de
igual forma en todos lados. Les voy a dar un ejemplo muy famoso: el
de dos gemelos que nacen juntos. Uno de los gemelos sale hacia el
espacio en una cápsula a una velocidad que se aproxima a la de la luz y vuelve
después de 90 años, tiempo-tierra. El gemelo que está acá ya lleva
su bastón, y el que regresa está todavía con chupete y sus
pañales. Esto es ciencia, no es ficción. (Nada
más que es muy teórico hablar de alcanzar la velocidad de la luz...) Y en
teoría es absolutamente cierto. Einstein nos asegura que el
transcurso del tiempo depende del marco de referencia, el tiempo no
pasa en todos lados de la misma forma. En ninguna estrella pasa el
tiempo igual que en la otra estrella, porque el tiempo depende de dos
variables. Una es la velocidad, como en el caso de los gemelos y la
otra es la gravedad, o sea la masa (en realidad una está relacionada con la
otra, pero eso es más complicado...). Estas son las dos variables que afectan
el transcurrir del tiempo. Por lo tanto -dice Gerald
Schroeder, un científico que escribió un libro fabuloso llamado “Génesis y el
Big Bang”- : en esos seis días de la creación, ¿quién estableció el marco
para la medición del tiempo? El hombre todavía no había sido
creado. El marco de tiempo no tiene porque haber sido el humano, nuestro actual
reloj.
El día lo fijamos en función del sol, y según la
Torá el sol no fue creado hasta el cuarto día. Y sin embargo la
Torá me habla del día Uno y del día Dos. Es posible entonces, que
cuando la Torá habla de un día, se esté refiriendo a un día de acuerdo al
" reloj del Todopoderoso" lo que no tiene que equivaler a
una jornada de veinticuatro horas. Es más: al no haber sol, ese día
tendría que haber sido "necesariamente" distinto a un día
"normal".
En un marco de tiempo "divino" los acontecimientos
pueden ocurrir a otra velocidad... Aunque resulte un poco
vertiginoso, imaginense el surgimiento de una montaña, por la voluntad de Dios,
en unos cuantos segundos.
Por supuesto que en nuestro reloj estarían transcurriendo
millones de años "simultaneamente"... La relatividad del tiempo,
la comprensión de que el tiempo puede transcurrir y/o ser medido de formas
distintas, contribuye notablemente a nuestra comprensión del fenómeno
Bereshit... nos ayuda a entender un poco más el hecho de que esta
disparidad de edades no se excluyen...
Hay una canción en ladino que los judíos sefaradíes conocen
bien, que se llama “A la una yo nací”. Y dice más o menos
así: "A la una yo nací, a las dos me engrandecí, a las tres
tomé amante (es decir, mujer, esposa), a las cuatro me casí
(me casé...) Es una canción basada en un Midrash, que habla de Adam,
el primer hombre. Según nuestro Midrash, en el mismo sexto día de la creación,
el hombre fue creado en la primera hora, en la segunda hora creció, en la
tercera hora el hombre tomó a su mujer, en la cuarta hora la
desposó y en la quinta hora tuvo un hijo etc etc. Y hasta el
mismo episodio de la fruta de árbol prohibido, todo ocurrió ese mismo
sexto día. Estoy hablando de una fuente que tiene al menos 1800 de
años de antigüedad. Un texto en el cual los Sabios mencionan un fenómeno
sumamente parecido a de los "tiempos relativos" de Einstein y
justamente durante uno de los seis días de la creación, algo que seguramente
habrá sonado absolutamente escandaloso o fantasioso durante siglos. Y que
hoy -gracias a la ciencia- podemos apreciar con otros ojos.
El tema bíblico
Para finalizar la pregunta del "Cómo". Primero,
una aclaración importantísima. En verdad la Torá no es un libro de
ciencia. ¿Por qué? Porque hubiera sido un tremendo desperdicio
que Dios revelara algo que el hombre puede llegar a conocer por sus propios
medios. A la verdad científica el hombre puede llegar por su propios
medios, por su propio conocimiento. Lo verdadero y lo falso es
demostrable. La Torá es un libro del bien y del mal, para lo
cual el hombre es éticamente impotente, como ya lo ha demostrado la filosofía
moderna. Al bien y al mal no se llega por consenso o por
demostración. La Torá es un libro de ética. Una ley para la vida del
pueblo judío. Por lo tanto, los comentaristas dicen que cuando en la Torá
se nos relata la creación, no es para describirnos "cómo" fueron los
mecanismos científicos o cosmológicos que Dios puso en marcha y ejecutó,
porque eso es en cierta manera irrelevante para la existencia del hombre y es
esencialmente tarea de la ciencia descubrirlo... ¿Cuál es entonces
el principal mensaje del relato bíblico de la creación, se preguntan
los comentaristas hebreos? Tomemos el primer versículo de
la Torá: "En el principio creó Dios los cielos y la
tierra". ¿Qué nos quiere enseñar este versículo? El
mensaje principal no es: "En el principio", lo trascendente no es cuándo
fue creado el Mundo. Ni tampoco es "Cómo", si a partir de algo
preexistente o ex nihilo. Creo que lo trascendente tal como nos transmite
el Midrash y lo registra el gran comentarista clásico Rashi, es que
el mundo fue creado por Dios. El tema es "Quién lo creó". Y
creo que esto sí es relevante: si somos seres creados por una inteligencia
superior y con un destino, o si somos los bisnietos de los chimpancés, simples
mutaciones genéticas con una gran dosis de suerte. Este
es el gran mensaje. Yo podría irme esta noche a dormir sin ningún
problema, sin saber exactamente si el mundo tiene 14.500 millones o 15.500
millones de años, pero no creo que podamos ir muy fácilmente a dormir si
no tenemos resuelta la gran pregunta: si somos seres creados por Dios o si
descendemos de los orangutanes. Es una gran
diferencia ¿Verdad? No da lo mismo una respuesta que la
otra. Hay una cuestión absolutamente existencial de por medio. Bueno,
ese es el mensaje fundamental de la Torá.
Fisiología o embriología
Otro punto: Maimónides dice que nos sería imposible saber
"cómo" Dios creó el mundo. Y que todo esfuerzo humano para llegar a
conocer de forma definitiva el cómo de la Creación es
estéril. Stephen Hawking tiene esas pretensiones. Llegar
a saber exactamente todos los misterios de la Creación. En verdad él
y otros científicos de esas escuelas neopositivistas -como dicen algunos
filósofos- se refiere a Dios como a un hermano mayor, como alguien fácilmente
aprehensible. Para nosotros, los judíos, se considera todo un
antropomorfismo intelectual pensar que podemos acceder a la mente de Dios. Eso
está más allá de nuestra limitadísima posibilidad humana. Maimónides
estableció una teoría del conocimiento de Dios vía negativa. Saber lo que Dios
no es, sin afirmar nada de Él, como cuando negamos la
corporalidad de Dios, pero dejémoslo allí. Volviendo a lo nuestro,
cuando Maimónides discutía con los sabios aristotélicos respecto
a si el mundo era eterno o había sido creado, decía que tenemos un
insuperable problema epistemológico: nuestro desconocimiento total de
las condiciones iniciales de la creación.
Por ejemplo, en el segundo versículo
de Bereshit dice VehaArets Haieta Tohu vaBohu, " Y la
tierra era caos y desorden..." Porque aún no estaban
establecidas las mínimas leyes físicas. Fíjense qué
interesante. ¿Qué es lo primero que crea
Dios? Coincidiendo con el Big Bang: La luz, que en hebreo se dice
OR. Ustedes saben que luz y energía son lo mismo -radiación
electromagnética- en diferentes variaciones. ¿Y qué es lo
próximo que hace Dios luego de crear la luz? Distingue la luz
de la oscuridad. ¿Qué gran cosa hizo el Todopoderoso al
"separar" la luz de la oscuridad? Porque en verdad cuando
no hay luz, automáticamente hay oscuridad...
Dios estableció justamente esa ley, que hoy
nos parece automática. Según nuestros Sabios, antes de esta
separación "Or vaJoshej Haiu Meshameshim
beIrbubia" "la luz y la oscuridad eran simultaneas". Algo
que hoy nos resulta imposible concebir... ya que nuestra mente se ha
estructurado "definitivamente" de acuerdo a esta realidad.
Vale decir que hasta esa ley física primordial, cuya
ausencia no podemos concebir, fue establecida según nuestra Torá en
ese momento. Durante los primeros días, las leyes físicas que conocemos hoy no
existían. Como ya lo explicamos, al parecer hasta el transcurrir del tiempo era
totalmente distinto al nuestro. Y así fue hasta el
Shabat. El Shabat establece el final de Maase Bereshit, del
"fenómeno de la creación".
Dice Maimónides que querer entender cómo fue la creación es
imposible. Y nos da un ejemplo: imaginemos un niño abandonado en una isla
desierta. Que vive allí sin haber conocido a una mujer. Al cabo de unos años es
rescatado y le preguntan ¿Cómo crees haber nacido? Y el dice: Bueno,
yo creo que habré sido chiquitito, muy chiquito y habré ido creciendo
lentamente. Si le dijeran a él que en verdad estuvo en un vientre, viviendo
dentro de una panza humana, él se resistiría a creerlo. Diría que no
es posible, porque dentro de un vientre no se puede comer ni beber,
no se puede respirar... Y sin respirar y sin comer no se puede vivir. Él
no podría aceptar -y mucho menos concebir por si mismo- la idea del
embarazo. ¿Porqué? Porque desde la fisiología no se puede
deducir la embriología. Son dos sistemas distintos, en gran medida
"excluyentes". En la fisiología se respira de una forma y
en la embriología de una forma distinta. Si no conociéramos la embriología,
jamás la podríamos adivinar. Y si nos basaramos en nuestra conocida
fisiología para hacerlo, nos equivocaríamos más todavía. Dice
entonces Maimónides: “No conocemos la embriología del universo
-aquello que aconteció en los seis primeros días- y jamás la
podríamos deducir. Pues al querer hacerlo, sólo estaríamos proyectando los
elementos que conocemos sobre un sistema que desconocemos.
Ahí tal vez tenemos el límite.
Nuestro absoluto desconocimiento de las condiciones iniciales de la
Creación, nuestra ignorancia definitiva dela gestación del Cosmos.
En conclusión, en este segundo aspecto no podemos discutir
con lo que afirme el Big Bang respecto a cómo fue surgiendo el Universo.
Primero porque la Torá no le dedica una descripción ya que no lo considera
relevantede y segundo porque conocemos nuestra limitacíon cognitiva para
acceder a la embriología del Universo y a sus condiciones iniciales.
Estas condiciones iniciales concluyen en Shabat.
Shabat Shalom!
Queridos amigos, me conformaría si ustedes salen hoy
sabiendo que el Shabat no es un día de descanso. Es una de las
confusiones más grandes que la gente tiene en su mente. Shabat no es
el día de descanso. Dios no descansó, porque no necesita
descansar. Shabat es el día en que Dios "Cesó de
crear". Esa es justamente la traducción correcta de la palabra
"Shabat": cesó, terminó, en este caso: dejó de
crear. El Shabat establece el final de la embriología del
universo. Con el Shabat llega el final de toda esa
"evolución", dirigida por Dios, desde los orígenes de la vida
hasta la creación del hombre. En Shabat comienza a regir nuestro
reloj humano, el tiempo que conocemos ahora y las leyes físicas que hoy
nos gobiernan. Ese es el sentido del Shabat como
"Zejer leMaase Bereshit" "en homenaje al fenómeno de la
Creación". Otros pueblos celebran la creación recordando el primer
dia, el domingo, o el día en el cual fue creado el hombre, el
viernes. Pero los judíos, para celebrar e indicar que la creación ha
sido un fenómeno, un milagro único, lo hacemos a través
del Shabat. El Shabat, cuando el Creador concluye su actividad
gestadora, es lo que afirma que la creación fue algo "único" que
no se va a repetir otra vez. Celebramos la creación el día
que Dios cesó de crear y de esa forma estableció lo excluyente de este
milagro y lo exclusivo de esos seis días divinos.