Los Jesuitas – 1540
Su Propósito Y Juramento
El propósito de la Orden Jesuita, formalmente establecido
por el Papa en 1540, es destruir la Reforma Protestante. Ellos lo llaman la
Contra-Reforma. Nicolini de Roma escribió:
"Los Jesuitas, por su mismo llamado, por la misma
esencia de su institución, están ligados a buscar, por cada medio, recto o
malo, la destrucción del Protestantismo. Esta es la condición de su existencia,
el deber que ellos deben cumplir, o cesar de ser Jesuitas". [Las Huellas
de los Jesuitas, R. W. Thompson, 1894]
Extracto del Juramento de los Jesuitas
Para este fin el Jesuita profeso se tiene obligado a sí
mismo con un juramento, parte del cual fue publicado en 1899, y se lee:
"Ahora, yo renuncio y desconozco mi lealtad debida a
cualquier Rey herético, Príncipe o Estado, llámense Protestantes, o liberales,
o la obediencia a cualquiera de sus leyes o magistrados u oficiales.
"Luego declaro que la doctrina de las iglesias de
Inglaterra y Escocia, o de los Calvinistas, Hugonotes, y otros del nombre
Protestante o Liberales, ser condenables, y ellos mismos ser condenables los
que no abandonarán las mismas.
"Luego declaro que yo ayudaré, asistiré y aconsejaré a
todos o algunos de los agentes de Su Santidad, en el lugar donde yo esté, en
Suiza, Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Inglaterra, Irlanda o
América, o en cualquier otro reino o territorio al que yo vaya, y haré mi
máximo esfuerzo para extirpar a los herejes Protestantes o las doctrinas liberales,
y destruir todo pretendido poder, que sea legal o no" [Errores de la
Iglesia Católica Romana, 15 Colaboradores, 1894]
* * *
En 1981, uno de nuestros héroes, Alberto Rivera, descubrió
el juramento que él tomó como un Jesuita profeso. Nosotros leemos:
Ceremonia De Introducción Y Juramento Extremo De Los
Jesuitas
(Dado por un Jesuita de rango menor cuando él está
por ser elevado a una posición de comando).
Habla el Superior:
"Hijo mío, hasta aquí tu has sido enseñado para actuar
como el disimulador entre los Católicos Romanos para ser un Católico Romano, y
para ser un espía aún entre tus propios hermanos: para no creer a ningún
hombre, para no confiar en ningún hombre. Entre los reformadores, para ser un
reformador, entre los Hugonotes (Protestantes Franceses) ser un Hugonote: entre
los Calvinistas, ser un Calvinista: entre los Protestantes (aquellos que
protestan y están en desacuerdo con la institución Católica Romana),
generalmente ser un Protestante: y obtener su confianza y buscar aún predicar
desde sus púlpitos, y denunciar con toda la vehemencia (emoción violenta) en tu
temperamento a nuestra Santa Religión y al Papa; y aún descender tan bajo como
para llegar a ser un Judío entre los Judíos, para que tu puedas estar
habilitado a reunir toda la información para el beneficio de tu orden como un
fiel soldado del Papa.
"Has sido enseñado a plantar insidiosamente las
semillas del celo y el odio entre los estados que estaban en paz, e incitarlos
a hechos de sangre, envolviéndolos en la guerra unos con otros, y a crear
revoluciones y guerras civiles en las comunidades, provincias y países que eran
independientes y prósperos, que cultivaban las artes y las ciencias y gozaban
de la bendición de la paz;
"A tomar partido con los combatientes y a actuar
secretamente en concierto con tus hermanos Jesuitas que pueden estar enlistados
en el otro bando, pero abiertamente opuestos a lo que ustedes puedan estar
ligados;
"[*Enseñado a] que solamente la iglesia pueda ser la
ganadora al final en las condiciones fijadas en los tratados de paz, y que los
fines justifican los medios.
"Tú has sido instruido en tu deber como espía, a reunir
todas las estadísticas, hechos e información en tu poder desde cada fuente: a
congraciarte y entrar en la confianza de las familias y círculos Protestantes y
herejes de cada clase y carácter, así como de los comerciantes, los banqueros,
los abogados, entre las escuelas y universidades, en el parlamento y las
legislaturas, y en los tribunales y los consejos de Estado, 'ser todas las
cosas a todo hombre', por la causa del Papa, cuyos siervos nosotros somos hasta
la muerte.
"Tú has recibido todas tus instrucciones hasta aquí
como un novicio (uno que no tiene entrenamiento), un neófito (un sacerdote
recién ordenado), y has servido como un coadjutor (que trabajó como un
ayudante), confesor y sacerdote, pero aún tú no has sido investido con todo lo
que es necesario para comandar en el ejército de Loyola y en el servicio del
Papa.
"Tú debes servir en el tiempo debido como el
instrumento y ejecutor dirigido por tus superiores; porque ninguno puede
comandar aquí que no haya consagrado sus labores con la sangre de los herejes;
porque 'sin el derramamiento de sangre ningún hombre puede ser salvado'.
"Yo, _____, ahora, en la presencia del Dios
Todopoderoso, la bendita Virgen María, el bendito Miguel Arcángel, el bendito
San Juan el Bautista, los Santos Apóstoles, San Pedro y San Pablo y todos los
santos y sagradas huestes del cielo... ...
"Yo, además de esto, prometo y declaro que, cuando la
oportunidad se presente, haré y pelearé una guerra incesante, secreta y
abierta, contra todos los herejes, Protestantes y Liberales, como sea dirigido
a hacerlo.
"[*Y] que cuando la misma no pueda ser hecha
abiertamente, yo usaré secretamente la copa envenenada, la cuerda de
estrangulación, el acero del puñal (una daga) o la bala de plomo, sin
considerar el honor, rango, dignidad, o autoridad, de la persona o las
personas, cualquiera pueda ser su condición en la vida, ya pública o privada,
como yo sea en ese tiempo dirigido a hacerlo por algún agente del Papa o
superior de la hermandad de la santa fe, de la Sociedad de Jesús". [La
Cruz Doble: Alberto, Parte 2, 1981]
En adición al Juramento, los Jesuitas tienen una guía
titulada Secreta Monita. Para el conocimiento del autor la misma ha sido
solamente puesto al descubierto ante el mundo dos veces: una en los años 1600 y
otra en los años 1800. A
causa de la magnitud de su contenido que se relaciona con nuestro tema, Las
Instrucciones Secretas De Los Jesuitas (1857) está reimpresa en su
totalidad [en Los Asesinos Del Vaticano].
[Debido a la extensión de este material, nosotros aquí en The
SPECTRUM solamente presentaremos unos pocos extractos y los encabezados de
los capítulos, pero esto debería ser suficiente para darle a usted una buena
idea de lo que está contenido dentro de ellas. Para la presentación completa,
remitirse a Los Asesinos del Vaticano. Las porciones que usted va a
leer no han sido impresas, para nuestro conocimiento, en ningún diario de
nuestros días modernos.
Lo que usted va a leer, Las Instrucciones Secretas De
Los Jesuitas, fue publicado primero en 1669 por el venerable y erudito Dr.
Compton, Obispo de Londres. En Los Asesinos del Vaticano nosotros
leemos:]
Sus argumentos sobre su autenticidad, y su carácter como un
erudito y teólogo, son una garantía suficiente de que él nunca habría dado su
nombre e influencia para sustanciar un trabajo de dudosa autoridad, o calculado
para desviar al público.
Nosotros tenemos que añadir solamente que la última edición
Americana, publicada en Princeton, y ésta que nosotros publicamos, están
tomadas de la traducción que fue publicada en Londres en 1723, y dedicada a Sir
Robert Walpole, quien fue luego Lord Orford, y quien tuvo el alto honor de ser
el primer ministro de Jorge I y Jorge II.
LAS INSTRUCCIONES SECRETAS DE LOS JESUITAS
Capítulo 1: Como la Sociedad debe comportarse cuando ellos
comienzan alguna nueva fundación.
V. En sus primeros asentamientos, que nuestros miembros sean
cautos en comprar tierras; pero si ellos compran alguna bien situada, que sea
hecho en el nombre de algún fiel y confiable amigo. Y que nuestra pobreza pueda
ser la más engañosa apariencia de la realidad, hagan las compras, adyacentes a
los lugares donde nuestros colegios son fundados, sean asignadas por el
provincial a colegios a cierta distancia; por medio de lo cual será imposible
que príncipes y magistrados puedan siquiera llegar a algún conocimiento de a
cuanto ascienden los montos de los ingresos de la Sociedad.
VI. No sea escogido ningún lugar por ninguno de nuestros
miembros cuando van a fundar un colegio sino en ciudades opulentas; siendo el
fin de la Sociedad la imitación de nuestro bendito Salvador, quien hizo su
principal residencia en la metrópolis de Judea, y solamente transitoriamente
visitó los lugares menos destacados.
VII. Sean las más grandes sumas siempre sacadas a las
viudas, por frecuentes protestas de nuestras extremas necesidades.
VIII. En cada provincia, ninguno sino el principal ha de
estar plenamente informado del valor real de nuestros ingresos; y que lo que
contiene la tesorería de Roma sea siempre mantenido como un secreto inviolable.
Capítulo II: En qué manera la Sociedad debe comportarse, para
que ellos puedan introducirse a sí mismos, y luego de eso preservar una
familiaridad con príncipes, nobles, y personas de la mayor distinción.
I. Los Príncipes, y personas de distinción en todas partes,
deben ser por todos los medios manejados de modo que nosotros podamos tener sus
oídos, y eso fácilmente asegurará sus corazones; por dicho modo de proceder,
todas las personas llegarán a ser nuestras criaturas, y ninguno osará dar a la
Sociedad la menor inquietud u oposición.
II. Esas personas eclesiásticas ganan un gran terreno en el
favor de los príncipes y nobles, por guiñar ante sus vicios, y poner una
construcción favorable sobre lo que sea que ellos hagan impropiamente, la
experiencia convence; y esto nosotros podemos observar con sus contrataciones matrimoniales
con sus relaciones cercanas y parentela, o parecidos. Debe ser nuestro negocio
alentar tales cosas, tales inclinaciones continúan así, por conducirles en la
esperanza, de que a través de nuestra asistencia ellos podrán fácilmente
obtener una dispensación del Papa; y no dudar que él fácilmente la dará, si es
apurada una razón apropiada, casos paralelos producidos, y se citan opiniones
que prestan apoyo a tales acciones, cuando el bien común de la humanidad, y el
mayor avance de la gloria de Dios, que son el único fin y designio de la
sociedad, y pretenden ser los únicos motivos para ellos.
V. Sobre todo, debe ser tomado el debido cuidado de buscar
el favor con los subordinados y domésticos de príncipes y nobles; a quienes por
pequeños presentes, y muchos oficios de piedad, así nosotros podamos en gran
manera inclinarlos a nosotros, como medios de hacerlos fieles inteligencias de
las desviaciones de las inclinaciones y humores de sus amos; de tal forma la
Sociedad estará mejor calificada para estar en concordancia con sus
temperamentos.
VII. Princesas y damas de calidad han de ser ganadas
fácilmente por la influencia de la mujer ayuda de cámara; por cuya razón
nosotros debemos por todos los medios prestar particular atención a esas,
porque de ese modo no habrán secretos en la familia sino que nosotros los
tendremos plenamente descubiertos ante nosotros.
XV. Finalmente, – Ganemos con tales artificios la
ascendencia sobre príncipes, nobles, y magistrados de cada lugar, para que
ellos puedan estar listos a nuestra disposición, aún a sacrificar sus más
cercanas relaciones y más íntimos amigos, cuando nosotros digamos que es por
nuestro interés y ventaja.
Capítulo III: Cómo la Sociedad debe conducirse hacia
aquellos que están al timón de los asuntos, y otros que, aunque ellos no son
ricos, están no obstante en una posición de ser útiles de otro modo.
I. Todas las cosas que han sido mencionados, pueden, en una
gran medida, ser aplicadas a ellos; y nosotros también debemos ser industriosos
en procurar sus favores contra cada uno que se oponga a nosotros.
II. Su autoridad y sabiduría debe ser cortejada para obtener
varios servicios que puedan ser ejecutados para nosotros; también debemos hacer
una manipulación de sus consejos con respecto al desacato de los ricos; aunque
al mismo tiempo, si su discreción y fe pueden ser confiadas, nosotros podemos
privadamente hacer uso de sus nombres para amasar bienes temporales para el
beneficio de la Sociedad.
Capítulo IV: Las principales cosas a ser recomendadas a los
predicadores y confesores de los nobles.
VI. Inmediatamente a la muerte de alguna persona de puesto,
que se tomen [*los predicadores confesores de los nobles] el tiempo necesario
para conseguir algunos amigos de nuestra sociedad preferidos en su salón; pero
esto debe ser sincronizado con tal astucia y manejo de modo de eludir el dar la
mínima sospecha de nuestro intento de usurpar la autoridad del príncipe; por
esta razón (como ya se dijo) nosotros mismos no debemos aparecer en ello, sino
hacer una manipulación de los artificios de algunos fieles amigos para efectuar
nuestros designios, cuyo poder puede apantallarlos de la envidia que puede de
otra manera caer pesadamente sobre la Sociedad.
Capítulo V: Qué especie de conducta debe ser observada hacia
las personas religiosas que son empleadas en las mismas funciones eclesiásticas
con nosotros.
Capítulo VI: De los métodos propios para inducir a la viudas
ricas a ser liberales con nuestra Sociedad.
I. Para el manejo de sus asuntos, tales miembros únicamente
sean escogidos por su edad avanzada, de una complexión vivaz y agradable
conversación; que estos visiten frecuentemente a tales viudas, y al minuto en
que ellas comienzan a mostrar alguna afección hacia nuestra orden, entonces es
el tiempo de mostrar delante de ellas las buenas obras y los méritos de la
sociedad. Si ellas parecen dar bondadosamente oídos a esto, y comienzan a
visitar nuestras iglesias, nosotros debemos por todos los medios tomar el
cuidado de proveerlas de confesores por quienes ellas puedan ser amonestadas,
especialmente a una constante perseverancia en su estado de viudez, y esto,
enumerando y alabando las ventajas y felicidad de una vida de soltera: y dejen
que ellas pongan en garantía su fe, y a ellas mismas también, como una garantía
de que una firme continuación en tal piadosa resolución infaliblemente comprará
un mérito eterno, y probará un más efectivo medio de escapar de las que de otro
modo serían ciertas penas del purgatorio.
IV. Debe tomarse cuidado de remover tales sirvientes
particularmente cuando no guardan un buen entendimiento con la Sociedad; pero
esto sea hecho poco a poco; y cuando nosotros los hayamos conducido a trabajar
afuera, que los tales sean recomendados como ya lo son, o voluntariamente
llegarán a ser nuestras criaturas; entonces nosotros nos zambulliremos en cada
secreto, tendremos un dedo en cada asunto tramitado en la familia.
Capítulo VII: Cómo tales viudas han de ser aseguradas, y en
que manera ha de disponerse de sus efectos.
I. Ellas han de ser perpetuamente presionadas a perseverar
en su devoción y buenas obras, en tal manera, que ninguna semana pase en la
cual ellas no dejen, de su propio acuerdo, algo aparte de su abundancia para el
honor de Cristo, la bendita Virgen, o su santo patrono; y lo dispongan ellas en
alivio de los pobres, o en el embellecimiento de las iglesias, hasta que ellas
sean enteramente despojadas de sus superfluos depósitos e innecesarias
riquezas.
VIII. El confesor tome diligente cuidado en prevenir a tales
viudas que son sus penitentes, de visitar eclesiásticos de otras órdenes, o
entrar en familiaridad con ellos, bajo ningún pretexto, para lo cual, en la
oportunidad apropiada, aclame que la Sociedad es infinitamente superior a todas
las otras órdenes; por su más grande servicio en la iglesia de Dios, y por su
más grande autoridad con el Papa, y todos los príncipes; y que es la más
perfecta en sí misma, ya que descarta toda persona ofensiva o incalificada, de
su comunidad, y por lo tanto es purificada de esa escoria y heces con las que
están infectados esos monjes, que generalmente hablando, son un conjunto de
hombres no eruditos, estúpidos, perezosos, negligentes de sus deberes, y
esclavos de sus vientres.
XIX. El confesor les proponga a ellas, y logre persuadirlas
a pagar pequeñas pensiones y contribuciones hacia el soporte anual de colegios y
de casas profesantes, pero especialmente de la casa profesante en Roma; no las
deje que se olviden de los ornamentos de iglesias, velas, vino, y cosas
necesarias en la celebración del sacrificio de la misa.
XV. Si alguna viuda transfiere durante su vida su propiedad
entera a la Sociedad; cuandoquiera que la oportunidad se ofrece, pero
especialmente cuando ella está bajo la enfermedad, o en peligro de su vida, que
algunos tomen el cuidado de representar ante ella la pobreza del más grande
número de nuestros colegios, de donde muchos ya erigidos difícilmente tienen
los cimientos; comprométanla, por una conducta ganadora y argumentos
inducidores, a tal liberalidad como (puedan ustedes persuadirla) para dejar un
seguro cimiento para su felicidad eterna.
XVI. El mismo arte debe ser usado con príncipes y otros
benefactores; porque ellos deben ser conmovidos a creer, que esos son los
únicos actos que perpetuarán sus memorias en este mundo, y les asegurará la
gloria eterna en el otro mundo.
Capítulo VIII: Cómo las viudas han de ser tratadas, para que
ellas puedan abrazar la religión, o una vida devota.
Capítulo IX: Del acrecentamiento de los ingresos de nuestros
Colegios.
XV. Sea el confesor constante en visitar al enfermo, pero
especialmente a aquellos que se piense estén en peligro; y que los
eclesiásticos y miembros de otras órdenes puedan ser descartados con un buen
pretexto, que el superior tome cuidado de que cuando el confesor sea obligado a
irse, otros lo sucedan inmediatamente, y mantengan a la persona enferma en sus
buenas resoluciones. En este tiempo puede ser aconsejable mover a la persona
por aprehensiones del infierno, y al menos del purgatorio; y decirle, que como
el fuego es apagado por agua, así el pecado es extinguido por actos de caridad;
y esas limosnas no puede ser mejor empleadas que para el nutrimiento y apoyo de
los tales que por su llamado profesan un deseo de promover la salvación de sus
prójimos.
XVI. Finalmente, que las mujeres que se quejan de los vicios
del mal humor de sus maridos, sean instruidas secretamente a extraer una suma
de dinero, que por hacer una ofrenda de eso a Dios, ellas podrán expiar los
crímenes de sus pecaminosos compañeros, y asegurar perdón para ellos.
Capítulo X. Del rigor privado de disciplina en la Sociedad.
Capítulo XI. Cómo nuestros miembros han de comportarse
unánimemente hacia aquellos que son expulsados de la Sociedad.
I. Dado que aquellos que son despedidos, frecuentemente
hacen muy mucho perjuicio a la Sociedad por divulgar tales secretos como los
que ellos han estado en conocimiento; sus intentos deben por lo tanto ser
obviados en la siguiente manera. Sean ellos convencidos, antes de que ellos
sean despedidos, para dar bajo su firma, y juramento [*la promesa de] que ellos
nunca, directa o indirectamente, ni escribirán ni hablarán alguna cosa para la
desventaja de la Orden; y los superiores mantengan un registro de las malignas
inclinaciones, fallas y vicios, que ellos, de acuerdo a la costumbre de la
Sociedad, para descargo de sus consciencias, anteriormente confesaron: esto, si
es que ellos nos dan ocasión, puede ser mostrado por la Sociedad, a la nobleza
y los prelados, como una muy buena manipulación para prevenir su publicidad.
VIII. Que la mala suerte, e inesperados accidentes los
cuales les sucedan a ellos, sean inmediatamente publicados; pero con súplicas
de oración de buenos Cristianos, para que el mundo no pueda pensar que nosotros
estamos saliendo rápido por pasión: sino que, entre nuestros miembros, sean
esas cosas, por todos los medios, representadas en los más negros colores, para
que el resto pueda ser mejor asegurado
Capítulo XII. Quién debería ser mantenido, y favorecido en
la Sociedad.
Capítulo XIII. Como escoger hombres jóvenes para ser
admitidos a la Sociedad y en que manera retenerlos.
V. Sean atraídos, por pequeños presentes, e indulgencias de
libertades agradables a su edad, y sobre todo, que sus afecciones sean
alentadas con discursos espirituales.
VI. Sea inculcado, que su elección de entre un gran número,
en vez de la elección de algunos de sus compañeros de colegio, es una instancia
significativa del llamamiento divino.
VII. En otras ocasiones, pero especialmente en
exhortaciones, sean aterrorizados con denunciaciones de eterno castigo, a menos
que ellos acepten la invitación celestial.
VIII. Cuando más ardientemente ellos deseen ser admitido en
nuestra Sociedad, más tiempo debe ser diferido dicho favor, proveyendo al mismo
tiempo que ellos parezcan más constante en su resolución; pero si sus mentes
parecen estar ondulando, sean usados todos los métodos propios para el
inmediato despido de ellos.
Capítulo XIV. De casos reservados, y causas de despido de la
Sociedad.
Capítulo XV. De nuestra conducta hacia monjas y devotas.
[Es notado en la copia de pre-publicación de Los
Asesinos del Vaticano del cual estos extractos han sido tomados, que una
de las páginas está perdida de esta sección de las instrucciones].
Capítulo XVII. De los métodos de hacer avanzar la Sociedad.
I. Que nuestros miembros principalmente se esfuercen en
esto, siempre actúen con humanidad, aún en cosas de momentos triviales; o al
menos tengan la apariencia de hacerlo así; porque por este medio, ante
cualquier confusión que pueda asomar en el mundo, la Sociedad necesariamente
siempre acrecentará y mantendrá su terreno.
VII. El favor de la nobleza y clero superior, una vez
conseguido, nuestra próxima meta será traer todas las curas y prebendas a
nuestra posesión, para la más completa reforma del clero, que hasta entonces
vivió bajo ciertas regulaciones de sus obispos, y hacer considerables avances
hacia la perfección. Y últimamente, aspiremos a ser Abades y Obispos, la
obtención de lo cual, cuando las vacancias sucedan, serán fácilmente logradas,
considerando el letargo y la estupidez de los monjes, porque esto tendería
enteramente al beneficio de la iglesia, que todos los
VIII. Pero si nuestra esperanza en esto fuere marchitada, y
ya que necesariamente vendrán ofensas, nuestros esquemas políticos deben ser
astutamente variados, de acuerdo a las diferentes posturas de los tiempos; y
príncipes, nuestros íntimos, a quienes nosotros podamos influenciar a seguir
nuestros consejos, deben ser empujados a embrollarse a sí mismos en vigorosas
guerras unos con otros, con el fin de que, nuestra Sociedad (como promotora del
bien universal del mundo), pueda por pedido de todos ser solicitada a
contribuir en su asistencia, y siempre empleada en ser mediadores de
disensiones públicas; por este medio los principales beneficios y privilegios
en la iglesia, serán dados desde luego a nosotros como un modo de compensación
de nuestros servicios.
IX. Finalmente, la Sociedad debe llevar al efecto esto al
menos, que habiendo conseguido el favor y la autoridad de príncipes, aquellos
que no los aman al menos los teman.
* * *
EL PODER JESUITA
La Sociedad de Jesús fue de allí en adelante reconocida como
la principal fuerza opositora del Protestantismo. La Orden llegó a ser
dominante en determinar los planes y la política de la Iglesia Romana. La
hermandad creció y floreció. Plantó sus sucursales en Francia, Italia y España,
y luego en todas las tierras civilizadas. El éxito de la orden fue fenomenal.
Llegó a ser un poder en el mundo. Envió sus representantes a cada parte del
globo. Sus solitarios apóstoles fueron visto eclipsando los tronos de Europa. Ellos
buscaron, por cada medio conocido al ingenio humano, que se establezca y se
confirme el tambaleante edificio de Roma, y que sea minado el edificio del
Protestantismo en ascenso. Ellos penetraron en el [*río] Indo y el Ganges.
Ellos atravesaron los desiertos del Tibet, y dijeron, "Aquí estoy
yo", en las calles de Pekín. Ellos miraron hacia abajo adentro de las
minas de plata de Perú, y se arrodillaron en oración en las costas del Lago
Superior. Para conocer todos los secretos, sondear todos los designios,
penetrar en todas las intrigas, prevalecer en todo consejo, elevarse por sobre
toda diplomacia, y dominar a la raza humana, –tal fue su propósito y ambición.
Ellos herirían en lo vivo a cada sociedad humana en cada parte de la tierra
habitable, el silencioso reptar de su siempre en aumento complot para retomar
el mundo para la Iglesia, y dominar y conquistar y extinguir los últimos
remanentes de oposición a su dominio de costa a costa, desde los ríos hasta los
fines de la tierra" [Historia Universal de Ridpath, John Clarke Ridpath,
1899]
* * *
Los Jesuitas son los verdaderos autores del
socialismo-comunismo. El sistema económico de la Edad Media fue el feudalismo
consistente en unos pocos ricos terratenientes y los muchos pobres campesinos.
Era un pecado hacer alguna ganancia para cualquiera que no fueran los señores
feudales. Entonces, si el mundo ha de ser retornado a la Edad de las Tinieblas,
la clase media Protestante debe ser destruida. El Socialismo-Comunismo
cumplimentó esto, habiendo rendido sus amargos frutos tanto en Gran Bretaña
como en los Estados Unidos. El gran engaño es que los Judíos son los autores
del comunismo. (¿Después de todo, no es el Sionismo comunismo Judío?) Los
hechos son que los Jesuitas usaron sus Judíos Masónicos para introducirlo en
1848 y otra vez en 1917 con la Revolución Bolchevique.
Los Jesuitas entonces movieron a su Masón FDR [*Franklin
Delano Roosevelt, cuando fue presidente de EEUU] a reconocer el sanguinario
gobierno de Rusia en 1933. Los Jesuitas entonces financiaron el comunismo Ruso
con sus Caballeros de Malta en Wall Street. Esto habilitó a Joseph Stalin a
llevar a cabo las purgas de los años treinta.
Habiendo engañado al mundo en creer que el comunismo era de
origen Judío, los Jesuitas entonces utilizaron a Hitler para implementar
"la Solución Final a la Cuestión Judía" –en prosecución del maligno
Concilio de Trento. El resultado fue el asesinato en masa de las Juderías
Europeas y Rusas en las manos de los SS controlados por los Jesuitas.
Al final de la Segunda Guerra de los Treinta Años (1945) los
Jesuitas, con su Línea de Fuga del Vaticano, ayudaron a los Nazis
sobresalientes a escapar a Sud América. Y ¿dónde en Sud América? A los antiguos
dominios donde el comunismo socialista había sido perfeccionado por los padres
Jesuitas –en la nación de Paraguay.
Los Jesuitas entraron en Paraguay en los tempranos años
1600, enviados por los reyes de España y Portugal. Ellos establecieron su
supremacía sobre los nativos llamados "Indios Guaraníes" y no les
permitieron mezclarse con los Españoles o Portugueses. Fue entre este pueblo
que los Jesuitas establecieron sus comunas llamadas "reducciones".
* * *
LOS JESUITAS — 1776
Los Jesuitas, Ahora formalmente suprimidos por el Papa,
estuvieron aliados con Federico el Grande de Prusia y Catalina de Rusia. El
General Jesuita estaba en control del Rito Escocés de la Masonería y ahora
buscaron una alianza con la Casa Masónica de los Rothschild en Inglaterra. Para
lograr esto él [*el General Jesuita] escogió a un Jesuita que era Judío por
raza –Adam Weishaupt. Weishaupt era un brillante instructor de Ley Canónica –el
maligno Concilio de Trento– en una universidad Jesuita en Bavaria. Nosotros
leemos:
"Del Colegio Jesuita de Ingolstadt se dice haberse
iniciado la secta conocida como 'los Iluminati de Bavaria' fundado por Adam
Weishaupt. Su fundador nominal, sin embargo, parece haber tenido un papel
subordinado aunque conspicuo en la organización de esta secta" [La Oculta
Teocracia, Lady Queenborough, originalmente publicado en 1933]
El 1 de Mayo de 1776, la Orden de los Iluminati fue
oficialmente fundada en el antiguo fuerte Jesuita de Bavaria. La Compañía ahora
usaría a la Casa Judía de los Rothschild para financiar la Revolución Francesa
y el surgimiento de Napoleón el Masón con su consejero entrenado por los
Jesuitas, Abbe Sieyes. A pesar de los escritos históricos del Jesuita Abbe
Barruel, quien culpó a los Rothschilds y a la Masonería por la Revolución, fue
la Sociedad de Jesús que usó esas mismas herramientas para poner en práctica la
Revolución y castigar a los monarcas que osaron expulsar a los Jesuitas de sus
dominios. Los Jesuitas, habiendo sido expulsados del Imperio Español, encontraron
refugio en Córcega. Desde allí ellos levantaron su gran vengador, Napoleón
Bonaparte.
Luego, estuvo George Washington quien fue tan amado por el
General Francés Lafayette. Durante la Revolución [*de la Independencia
Norteamericana] nuestro gran caudillo tomó al "General niño" bajo su
protección, por eso el Francés llamó a su hijo mayor: George Washington
Lafayette. Con este mismo cariñoso amor el Católico Romano Lafayette advirtió:
"Es mi opinión que si las libertades de este país, los
Estados Unidos de América, son destruidas, será por la sutileza de los
sacerdotes Jesuitas Católicos Romanos, porque ellos son los más industriosos,
peligrosos enemigos de la libertad civil y religiosa. Ellos han instigado la
mayoría de las guerras de Europa".
* * *
Napoleón fue capturado por los Ingleses y desterrado a la
isla de Santa Helena. Allí, fueron escritas sus Memorias las cuales
describen con precisión a sus amos, los Jesuitas:
"Los Jesuitas son una organización militar, no una
orden religiosa. Su jefe es un general de un ejército, no el mero padre abad de
un monasterio. Y la meta de esta organización es: PODER. Poder en su más
despótico ejercicio. Absoluto poder, universal poder, poder para controlar el
mundo por la voluntad de un solo hombre. Jesuitismo es el más absoluto de los
despotismos: y a la vez el más grande y más enorme de los abusos ...
"El general de los Jesuitas insiste en ser el amo,
soberano, sobre los soberanos. Dondequiera que los Jesuitas son admitidos ellos
serán amos, cueste lo que cueste. Su sociedad es por naturaleza dictatorial, y
por lo tanto es el enemigo irreconciliable de toda autoridad constituida. Cada
acto, cada crimen, aunque sea atroz, es una obra meritoria, si se comete para
el interés de la Sociedad de los Jesuitas, o por la orden del General". [Cincuenta
Años En La Iglesia de Roma, Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de
1886 , citando el Memorial De La Cautividad de Napoleón en Santa Helena, General
Montholon]
* * *
¡Los Caballeros de Malta y los Jesuitas trabajan Juntos!
(Para los buscadores de la verdad, esto puede parecer
irrelevante ahora, pero es importante para usted estar informado de esta
conexión. Como hemos visto, los Caballeros financiaron a Lenin y a Hitler desde
Wall Street, también usando su Banco de la Reserva Federal encabezado por
Judíos Masónicos, Warburg en particular). Los Caballeros negociaron el
Concordato (un tratado Papal) entre el Papa y Hitler en la persona de Franz Von
Papen. Ellos también ayudaron a los Altos Nazis a escapar a Norte y Sud América
después de la Segunda Guerra Mundial con las personas de James Angleton y el
Presidente de Argentina Juan Perón.
En América, los Caballeros, con su OSS [*Oficina de
Servicios Estratégicos], que luego sería la CIA [*Agencia Central de
Inteligencia], estuvieron detrás en la "Operación Paperclip". Luego
de la Segunda Guerra Mundial, los Altos Nazis y científicos fueron ilegalmente
introducidos secretamente a los Estados Unidos. Muchos fueron ubicados en
instalaciones militares top-secret en Tonapah, Nevada, conocidas como
"Area 51". El perfeccionamiento de las naves Nazis anti-gravedad
(platos voladores) sería completada allí, entre otras tecnologías secretas. La
"Operación Paperclip" fue supervisada por el más poderoso Caballero
de Malta de América, J. Peter Grace. J. Peter Grace estaba sujeto al Arzobispo
Spellman entrenado por los Jesuitas, puesto que el cuartel general Americano de
los Caballeros estaba y está en la Catedral de Saint Patrick en Nueva York.
* * *
1816 – JOHN ADAMS
Nuestros Padres fundadores sabían de las intrigas Jesuitas
dirigidas hacia la nueva República Protestante de estos Estados Unidos de
América. En 1816, John Adams escribió al Presidente Jefferson:
"¿Acaso no tendremos regulares enjambres de ellos aquí,
en tantos disfraces como solamente un rey de los gitanos puede asumir, vestidos
como pintores, editores, escritores, y maestros de escuelas? Si hubo aún un
cuerpo de hombres que merecieron la condenación eterna sobre la Tierra y el
Infierno ese es la Sociedad de los de Loyola". [Los Nuevos Jesuitas,
George Riemer, 1971].
* * *
EL PRESIDENTE ABRAHAM LINCOLN
Un amigo personal del Profesor Morse creyó en su advertencia
acerca de esta conspiración Jesuita. Él fue el Presidente Abraham Lincoln.
Nosotros Leemos:
"Los Protestantes tanto del Norte como del Sur
seguramente se unirían para exterminar a los sacerdotes y a los Jesuitas, si
ellos pudieran saber como los sacerdotes, las monjas, y los monjes, que
diariamente desembarcan en nuestras costas, bajo el pretexto de predicar su
religión. ... no son otra cosa sino los emisarios del Papa, de Napoleón III, y
los otros déspotas de Europa, para minar nuestras instituciones, alienar los
corazones de nuestro pueblo de nuestra Constitución, y nuestras leyes,
destruir nuestras escuelas, y preparar un reino de anarquía aquí como lo
hicieron en Irlanda, en México, en España, y dondequiera que haya algunas
personas que quieran ser libres". [Cincuenta Años En La Iglesia de Roma,
Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de 1886]
* * *
Los Jesuitas — 1868-1872
Esta nueva nación será una república centralizada con el Presidente
ejercitando poderes de un monarca absoluto. La antigua República Federal de
Washington sería convertida en un enorme Imperio centralizado, con las diez
tablas del Manifiesto Comunista Masónico reemplazando a los Diez
Mandamientos de Moisés.
En orden de lograr esto, la Constitución tiene que
ser enmendada –"por las buenas o por las malas". Sería enmendada de
acuerdo al clamor masónico de ambas Revoluciones Francesas.
"Libertad" sería la Enmienda 13. "Igualdad" sería la Enmienda
14. "Fraternidad" sería la Enmienda 15. Examinaremos ahora la
Enmienda Catorce, y como ella fue el golpe de estado.
* * *
EL ASESINATO DEL PRESIDENTE LINCOLN
Aunque él actuó como tirano en impedir la secesión de
Maryland y levantó el Ejército del Potomac para "sofocar la
rebelión", hay evidencia de que él tuvo un cambio de corazón. De acuerdo a
muchos, Lincoln fue convertido a Cristo después de ver el campo de batalla en
Gettysburg [*la mayor batalla de la Guerra Civil a la que algunos llamaron
"el Armagedón de Norteamérica"]. Él se unió más tarde a la Iglesia
Presbiteriana en Washington y tuvo varias conversaciones espirituales con su
cercano amigo y sacerdote convertido, Charles Chiniquy. Nosotros leemos:
"Yo repetiré lo que dije en Urbana, cuando por primera
vez usted me dijo de sus temores de que yo sea asesinado por los Jesuitas: Un
hombre no debe cuidarse de cuando y donde él morirá, con tal que muera en el
puesto de honor y deber. Pero yo puedo añadir, hoy, que tengo un presentimiento
de que Dios vendrá a mí a través de la mano de un asesino. ¡Que se haga Su
voluntad, y no la mía! El Papa y los Jesuitas, con su infernal Inquisición, son
el único poder organizado en el mundo que tiene el recurso de la daga del
asesino para asesinar a aquellos a quienes ellos no puedan convencer con sus
argumentos o conquistar con la espada. ... Me parece que el Señor quiere hoy,
como lo quiso en los días de Moisés, otra víctima. ... No puedo ocultar de
usted que mi impresión es que yo soy esa víctima. Ya muchos complots han sido
hechos contra mi vida, es un milagro real que ellos hayan fallado, cuando
consideramos que la gran mayoría de ellos estuvieron en las manos de diestros
asesinos Católicos Romanos, evidentemente entrenados por los Jesuitas. Pero
¿podemos esperar que Dios hará un milagro perpetuo para salvar mi vida? Creo
que no. Los Jesuitas son tan expertos en esos hechos de sangre, que Enrique IV
dijo que era imposible escapar de ellos, y él llegó a ser su víctima, aunque él
hizo todo lo que podía ser hecho para protegerse a sí mismo. Mi escape de sus
manos, desde la carta del Papa a Jeff Davis que ha aguzado un millón de
cuchilleros para partir mi pecho, sería más que un milagro". [Cincuenta
Años En La Iglesia de Roma, Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de
1886]
[Luego más adelante]
Sobre la mano Jesuita en el asesinato de Lincoln nosotros
leemos:
"Me siento seguro al afirmar que ninguna otra parte
puede ser encontrado en un libro la presentación coordinada de la historia
completa de la muerte de Abraham Lincoln, la cual fue instigada por el papa
"negro", el General de la Orden Jesuita, camuflado por el papa
"blanco", Pío IX, ayudado, instigado y financiado por otros abogados
del "Derecho Divino" de Europa, y finalmente consumado por la
Jerarquía Romana y sus agentes pagados en este país y Canadá Francesa en
"Viernes Santo" a la noche, el 14 de Abril, en 1865, en el Teatro de
Ford, Washington, D.C." [La Verdad Suprimida Sobre El Asesinato De Abraham
Lincoln, Burke McCarty, 1973, originalmente publicado en 1924].
LOS JESUITAS — 1945-1990
La Grande y Terrible Segunda Guerra de los Treinta Años
había pasado ahora. Europa, Rusia, Norte de África, China, y Japón eran
"un naufragio universal" gracias a la Compañía de Jesús. Millones de
"herejes" han sido "extirpados" en prosecución del Juramento
Jesuita y el Concilio de Trento. A diferencia del Tratado de Westfalia
terminada la Primera Guerra de los Treinta Años, los agentes de los Jesuitas
controlaron las negociaciones en Yalta y Postdam terminando la segunda Guerra
de los Treinta Años.
Era tiempo de aplicar la Dialéctica Hegeliana de los
Jesuitas mundialmente. Sería conocido como "la Guerra Fría". La tesis
y la antítesis serían "el Mundo Libre en el Oeste" versus "el
Bloque Comunista en el Este". El Imperio Americano encabezaría el Oeste, y
el Imperio Ruso guiaría al Este. Ambos lados serían financiados por el Cartel
Bancario Internacional de los Jesuitas centrado en Londres y Nueva York –los
Bancos de la Reserva Federal y el Chase-Manhattan en particular.
La síntesis [*la resultante entre la tesis y la antítesis]
sería la destrucción del Imperio Americano a través de la así llamada
"finalización de la Guerra Fría". La ilusión del final de la Guerra
Fría habilitaría legalmente a Monopolios Corporativos de Roma, federados juntos
en la Ciudad de Nueva York bajo el liderazgo del Concilio de Relaciones
Exteriores, para dar a Rusia y a China alta tecnología y respaldo financiero.
El llenado de esas necesidades perfeccionaría las Máquinas de Guerra de ambos
gigantes económicamente comunistas y políticamente fascistas para el propósito
de invadir Norte América, que contiene la mayoría de los Protestantes,
Bautistas, y Judíos del mundo. Es por esas razones que el poder financiero de
Hong Kong fue dado a China Roja, juntamente con una Base Naval Americana en
Long Beach, California. Es por esas razones que el Canal de Panamá, construido
con sangre Americana, sudor, lágrimas, y Fiebre Amarilla, fue dado a Panamá
para ser manejado por soldados Chinos poniendo en peligro a la flota Americana.
Es por esas razones que los Jesuitas en control de Washington han establecido
nacionalmente el registro de armas con el propósito de una nacional confiscación
de armas justo como lo hizo Hitler en Alemania. Es por esas razones que
los Jesuitas, con sus corporaciones internacionales manejadas por los
Caballeros de Malta, han financiado y continúan construyendo tanto la máquina
de guerra Rusa y China, mientras influyentes Presidentes Americanos clausuran
cantidades de instalaciones militares a lo largo del país. Esos hechos nos
están deletreando invasión – masiva invasión por millones
de soldados extranjeros, sin Dios y sin misericordia. Y si los Jesuitas pueden
manejar la voladura del Domo de la Roca en Jerusalén y culpar al Imperio
Americano por ello, los Árabes declararán una guerra santa contra "el gran
Satán". La riqueza privada de Americanos que usan las Corporaciones de
Negocios Internacional con cuentas bancarias en las Bahamas será confiscada
justo como lo fueron en la Cuba de Castro. (Los Caballeros [*de Malta] han movido
toda su riqueza a bancos Europeos convertidas en Francos y Marcos como también
Eurodólares, escapándole así a la catástrofe económica Americana que se
avecina).
Mientras tanto, a medida que los Jesuitas, con su policía
interna del dictador Americano (FEMA) y los invasores extranjeros, están
"extirpando" "la execrable raza" de los "herejes"
Americanos y "liberales", las naciones Europeas serán llevadas a
deponer sus históricas diferencias y a unificarse.
Esta unificación restaurará el Santo Imperio Romano, por
cuya razón los Jesuitas están rápidamente reconstruyendo Roma. Cuando el humo
desaparezca, China controlará el Este, Rusia controlará el Norte, y una
unificada Europa Católica Romana controlará el Oeste. La Comunidad
Internacional de Inteligencia del Papa buscará que Jerusalén sea declarada una
ciudad internacional con el Templo reconstruido de Salomón en medio de ella. El
gobierno mundial resultará y el "bendito despotismo" de los Jesuitas
de la Edad Media habrá arribado, con el Papa siendo el Déspota Universal del
Mundo, tan apropiadamente descripto en los Protocolos De Los Eruditos
Ancianos De Sion, al mismo tiempo que siendo la Autoridad Mundial de Los
Documentos Del Vaticano II.
* * *
Los Jesuitas — 1963
EL ASESINATO DEL PRESIDENTE KENNEDY
"Es de la fe que el Papa tiene el derecho de deponer
herejes y reyes rebeldes. Los monarcas así depuestos por el Papa están
convertidos en tiranos notorios, y pueden ser matados por el primero que
los encuentre.
"Si la causa pública no puede toparse con su defensa en
la muerte [*natural] de un tirano, es legal para el primero que arribe, asesinarlo"
[Defensio Didei, Jesuit Suarez, Libro VI. C 4, Nos. 13, 14]
Freed recuerda lo que aparentemente pasó por conversación
cortés cuando hombres tales como Colby y Cline estuvieron juntos: "Fue
bastante rara" dijo Freed, "porque el tema que ellos habían elegido
fue: '¿Cuándo es aceptable asesinar a un jefe de estado?' Colby presentó lo que
él dijo fue un tratamiento teológica y filosóficamente sano. La Iglesia Católica,
dijo él, ha lidiado desde largo tiempo con esta cuestión y hubo, al modo de ver
de Colby, emergido con un concepto firme: "Es aceptable" dijo él,
"asesinar un tirano". [Plausible Negación, Mark Lane, 1991, p.
85]
"Una conspiración es raramente, si alguna vez lo es,
probada por un testimonio positivo. Cuando un crimen de gran magnitud va a ser
perpetrado por una combinación de individuos, ellos no actúan abiertamente,
sino encubiertamente y secretamente. El propósito establecido es conocido
únicamente por aquellos que entraron en ello. A menos que uno de los
conspiradores originales traicione a sus compañeros y dé evidencia contra
ellos, su culpa puede ser probada únicamente por evidencia circunstancial... y
las circunstancias no pueden engañar". [Empleado judicial militar especial
John A. Bingham, citado en El Juicio De Los Conspiradores, Washington,
1865]
Este capítulo examinará el bosque, no el árbol. Los cientos
de obras cubriendo el asesinato pueden ser reducidas a unos pocos hechos
simples. Esos hechos vistos en el contexto de los capítulos previos nos guían
al "León" en su "Cueva de Iniquidad" que tuvo el poder de
ejecutar el asesinato de Kennedy y encubrirlo exitosamente. Ese León fue el
Cardenal de Nueva York y su Cueva de Iniquidad fue la Catedral de Saint
Patrick, "el pequeño Vaticano", base local de la Rama Americana de
los Caballeros de Malta. Desde la muerte del Cardenal Spellman en 1967 hasta
ahora (1999), los sucesivos "Leones" que han mantenido encubierto el
asesinato fueron: El Cardenal Cooke (él mismo siendo un Caballero de Malta) y
el Cardenal O’Connor, un ex Capellán de la Marina durante la Guerra de Vietnam
de Spellman, y actualmente arzobispo de Nueva York.
Sabiendo que el Presidente Kennedy no iba a hacer una
escalada en la Guerra de Vietnam, la Comunidad de Inteligencia comenzó a hacer
preparativos para su asesinato. El Católico Romano Lee Oswald fue elegido para
ser el culpable. ... Como agente de la CIA, él había sido enviado a la Rusia
Soviética por Allen Dulles en 1959, supuestamente como un desertor. Conociendo
que la CIA (OSS) y la KGB (NKVD) habían trabajado juntos durante la Segunda
Guerra Mundial, Oswald aparentemente tomó una vacación por cerca de dos años.
Durante ese tiempo él se casó con un Rusa cuyo tío era un Coronel en la KGB.
Cuando él retornó al Imperio Americano en 1962, se asoció
con los agentes de la CIA: Howard Hunt, Frank Sturgis, David Ferrie, Guy
Banister, el Conde George DeMohrenschildt, y Clay Shaw. Oswald era de la CIA, y
pariente de un Jesuita. Emannuel Josephson nos dice:
"Un interesante ángulo es presentado por el
envolvimiento de Lee Oswald. Su primo es reportado ser un sacerdote Jesuita. Y
es una cuestión establecida que Lee Oswald fue invitado a hablar al colegio
Jesuita en Springhill, Alabama, sobre el tema de sus actividades, dos semanas
antes del Asesinato de Kennedy. El envolvimiento Jesuita sigue el mismo
lineamiento que en el Asesinato de Lincoln". [La Conspiración de la
Reserva Federal y los Rockefellers, Emanuel M. Josephson, 1968].
Jim Garrison claramente probó que la CIA estuvo involucrada
en el asesinato a través de Clay Shaw. Él escribió:
"...nosotros descubrimos el abarcante rol internacional
de Shaw como un empleado de la CIA. La vida secreta de Shaw como un hombre de
la Agencia en Roma, tratando de hacer volver al Fascismo en Italia, fue
denunciado en artículos en la prensa Italiana. ... Para mí, entre las más
significantes revelaciones están: ...la confirmación por parte tanto de Victor
Marchetti y Richard Helms de que Clay Shaw había sido un agente de la Agencia
Central de Inteligencia [*CIA]. [Sobre La Pista De Los Asesinos, Jim Garrison,
1991]
¿Y quién era el Director de la CIA en 1963? Fue el Caballero
de Malta John McCone. Antes de que McCone hubiera sido un contratista de defensa
que había encabezado formalmente la Comisión de Energía Atómica. Más tarde en
1970, él fue un miembro del panel de ITT mientras permanecía como consultor de
la CIA. Marchetti nos dice:
"Fue John McCone el miembro del panel de ITT que más
tarde admitió ante un comité investigador del Senado que él había jugado el rol
clave en juntar a los oficiales de la CIA e ITT, el director de la CIA durante
la administración de Kennedy y, en 1970, un consultor de la CIA". [La CIA
Y El Culto De La Inteligencia, Victor Marchetti, 1975]
El soldado del Cardenal Spellman, John McCone, Director de
la CIA, participó en el asesinato de Kennedy.
Jim Garrison y otros han probado que el FBI estuvo también
involucrado en el asesinato. Él escribe:
"Yo ya he llegado a la conclusión de que partes del
establishment de los agentes de la ley de Dallas estuvieron probablemente
implicados en el asesinato o su encubrimiento. Pero ahora veo que el altamente
respetado FBI estuvo implicado también". [Sobre La Pista De Los Asesinos,
Jim Garrison, 1991]
El Cardenal Spellman tuvo dos agentes en el FBI. El primero
fue el Masón y hermano Guerrero-Frío, J. Edgar Hoover. De acuerdo a Loftus,
Hoover había cooperado con la Línea de Fuga del Vaticano reubicando criminales
de guerra Nazis en el Nordeste. ¿Porqué él no cooperaría ahora con Spellman?
¿Cómo podría él rehusarse?
Más importante aún, el hombre clave de Spellman en el FBI
era Caballero de Malta, Cartha DeLoach. Como el tercero en el mando, DeLoach
estuvo en posición de supervisar el asesinato y suprimir evidencia. Garrison
probó que DeLoach de hecho suprimió evidencia.
Luego del asesinato nosotros vemos una sonante relación
entre Johnson y DeLoach. DeLoach era conocido como hombre de Johnson en el FBI
y el Presidente lo llamaba en cualquier momento del día. Curt Gentry escribe:
"Lyndon Johnson no podía dormir. Tarde en la noche él
tenía su ayudante, Marvin Watson, telefonea al cuarto de DeLoach. El presidente
había súbitamente llegado a convencerse que la muerte de su predecesor había
sido una conspiración y quería más información del FBI". [J. Edgar Hoover:
El Hombre Y Los Secretos, Curt Gentry, 1991]
Este es el Cartha DeLoach que había firmado un contrato de
cinco años con Lee Iacocca de Ford Mercury en conexión con la serie: "El
FBI". Ambos, DeLoach y Iacocca eran Caballeros de Malta, sujetos al
Cardenal Spellman durante el asesinato de Kennedy. Más tarde DeLoach ascendió
hasta ser director de PepsiCo. Y de acuerdo al Coronel Prouty, esa compañía
también participó en el asesinato de Kennedy. Nosotros leemos:
"Nixon estuvo en Dallas con un ejecutivo máximo de la
Compañía Pepsi-Cola, Mr. Harvey Russell, el consejero general. Nixon era un
consejero legal para esa corporación. El hijo de ese ejecutivo máximo había
hablado de la presencia de Nixon en Dallas en el tiempo del asesinato, y
Russell ha confirmado la exactitud del relato de su hijo. Más tarde, poco
después del disparo, Nixon fue conducido al aeropuerto de Dallas por un Señor
DeLuca, también un oficial de la Compañía Pepsi-Cola. En adición a eso, el hijo
de otro ejecutivo de Pepsi-Cola estuvo en Dallas esa vez y comió con Jack Ruby,
el asesino de Oswald, la noche antes JFK [*John F. Kennedy, el presidente de
los EEUU] había sido matado". [JFK: La CIA, Vietnam, Y El Complot Para
Asesinar a John F. Kennedy, Cor. L. Fletcher Prouty, 1992]
DeLoach, Iacocca, y los Caballeros de Pepsi, ahora PepsiCo,
todos trabajaron juntos.
Al tiempo del asesinato en Dallas, el sacerdote Católico,
Oscar Shubert, fue enviado desde la Iglesia Católica Santa Trinidad en Dallas
para administrar los "Últimos Ritos" para el presidente. Sabiendo que
las heridas de Kennedy fueron heridas de entrada, él reportó cada cosa a su
superior. El superior de Shubert fue el Obispo de Dallas, entonces El Mayor
Reverendo Thomas Kiely Gorman, DD. De acuerdo al artículo de Martin Lee
titulado "¿Quiénes son los Caballeros de Malta? que apareció en la edición
del 14 de Octubre de 1983 del National Catholic Reporter, Thomas K. Gorman
era un Caballero de Malta. Siendo un hermano Caballero él reportó directamente
al Cardenal Spellman, y lo mantuvo observando lo que estaba sucediendo en
Dallas.
Al momento del asesinato en Dallas, alrededor de las 12:30
después del mediodía, todos los teléfonos estuvieron muertos en Washington,
D.C. por casi 30 minutos. ¿Cómo podía esto haber sucedido? Alguien en ITT tenía
que ser responsable, porque ésta prestaba servicio en el área de Washington. En
1963, uno de los más importantes hombres de ITT era Francis D. Flanagan. Usted
adivínelo. Flanagan era un Caballero [*Caballero de Malta]. Más tarde, McCone,
con sus hermanos caballeros, coordinó un trato entre la CIA e ITT para trabajar
mejor juntos.
El autor sabe que hubieron varios Caballeros de Colón
involucrados en el asesinato de Kennedy. Ellos estaban trabajando para el FBI
en particular. Pero el único notable Caballero que estuvo involucrado en eso
fue el Senador Edward Kennedy, a través de su silencio, él estuvo consintiendo
la muerte de su hermano. Puede ser que esto es lo que condujo al Senador
perpetuo de Massachusetts a su ruinosa vida alcohólica. Tomemos unos pocos
momentos para orar por el Senador para que pueda tener un cambio de corazón,
que él pueda decir todo, y que nosotros podamos protegerlo. Porque él también
estuvo sujeto al poder del Cardenal Spellman.
Finalmente nosotros sabemos que la Mafia estuvo involucrada
en el asesinato de Kennedy. La Mafia, CIA, FBI, y la Oficina de Inteligencia
Naval han estado trabajando juntos a través de la Segunda Guerra Mundial. Jack
Ruby era un mafioso y David E. Scheim lo hace perfectamente claro en su Contrato
Sobre América que la Pandilla tuvo al menos dos motivos: uno que los
hermanos Kennedy atacaron al Crimen Organizado y el otro la pérdida del paraíso
del juego de las Pandillas en Cuba.
Pero esas no eran las razones. Les fue prometido a los Dones
de la Mafia que ellos harían más dinero que ni siquiera la Habana podría haber
producido, a través de la explosión del negociado internacional de la droga
hecho posible por la Guerra de Vietnam. Si ellos ayudaban a eliminar a Kennedy,
Johnson produciría una escalada en la guerra y, por lo tanto, del negociado de
la droga. La CIA traería las drogas del Triángulo de Oro, distribuyéndolas a
las familias de la Mafia, y ambos ganarían.
Más importante aún, la Comisión de la Mafia tenía un favor
que devolver. El Cardenal Spellman, a través de FDR [*el presidente Franklin
Delano Roosevelt], arregló la liberación de "Lucky" Luciano a causa
de la "Operación Bajomundo" mencionada en previos capítulos. Ahora el
Cardenal necesitó un favor. Si lo rehusaba, Spellman usaría toda la comunidad
de inteligencia que él había ayudado a organizar, para eliminar a cualquier
jefe de pandilla. Si estaba de acuerdo, nuevos centros de juegos se abrirían,
Atlantic City en particular.
Claramente, si el Presidente fuera removido, cada uno de
ellos adquiriría más poder y riqueza, la comunidad de inteligencia llegaría a
ser más absoluta, y el Cardenal sería aún más respetado por sus pares en Roma.
El resto es historia.
Más tarde, en 1964, por primera vez en la historia, el Papa
de Roma puso su pie en la América de la Enmienda Catorce. El Cardenal
Spellman se había desempeñado bien y fue recompensado por una visita de su Amo,
socio Guerrero Frío y manipulador de la Línea de Fuga del Vaticano, Cardenal
Montini, quien era ahora el Papa Pablo VI.
Hay todavía otra razón para la remoción del Presidente
Kennedy. Él quiso armar a Israel. Loftus escribe:
"En Septiembre de 1962 Kennedy decidió suplir a Israel
con misiles defensivos tierra-aire capaces de detener aeronaves, pero no a los
misiles ofensivos Egipcios. Esta fue la primera venta de armas del Gobierno de
los Estados Unidos a Israel. ... Kennedy prometió a los Israelíes que tan
pronto como hubiera concluido la elección de 1964, él rompería a la CIA 'en
miles de pedazos y los arrojaría a los vientos'. ... Con el asesinato de
Kennedy en Noviembre de 1963, los Israelíes perdieron el mejor amigo que ellos
tuvieron en la Casa Blanca desde que Truman partió". [La Guerra Secreta
Contra Los Judíos, John Loftus, 1994]
¿Y porqué los Jesuitas del Vaticano no querían ninguna venta
de armas a Israel en este tiempo? ¿Porqué el Presidente Johnson controlado por
los Jesuitas dio su espalda cuando el ejército Egipcio se movió a través del
desierto del Sinaí para preparar su asalto sobre Israel en 1967? Porque el
ataque sobre Israel tenía que ser provocado. Ese ataque fue provocado por
la Comunidad Internacional de Inteligencia de los Jesuitas por medio de una
falsa percepción por parte de Egipto acerca de la debilidad del ejército
israelí y el supuesto abandono de Israel por el Imperio Americano.
La guerra de los seis días, ideada por el Caballero de Malta
James Angleton, tuvo un propósito primario: la toma de Jerusalén junto con el
Monte del Templo. La aparente falta de equipo militar de parte de Israel
provocó el ataque previsto de Egipto. Entonces, Israel lanzó un golpe
preventivo y, en seis días, la ciudad santa [*Jerusalén] estuvo en las manos
del gobierno Sionista de Roma.
Si Kennedy hubiera armado a Israel, los Egipcios nunca
hubieran sido envalentonados a maniobrar hacia la guerra. Con una guerra no
provocada, no habría habido ataque Israelí. Sin ataque Israelí, Jerusalén nunca
habría sido tomada por los Sionistas, controlados por el Mossad de los
Jesuitas. Con Jerusalén en manos Árabes, los Sionistas nunca podrían
reconstruir el Templo de Salomón –desconocido para ellos– para el
"infalible" Papa de los Jesuitas "Que se opone y se exalta a sí
mismo sobre todo lo que es llamado Dios, o que es adorado; como para hacerse él
Dios sentado en el templo de Dios [el templo reconstruido de Salomón],
mostrándose él mismo que él es Dios". [2 Tesalonicences 2:4]
Es seguro decir que el General Jesuita, usando al Papa con
su más poderoso Cardenal en el Imperio Americano, asesinó al Presidente John F.
Kennedy en 1963.
Porque fue el Cardenal Spellman, "el Papa
Americano" en comando de sus soldados, los Caballeros de Malta, quien
supervisó el asesinato.
Y fueron los Caballeros de Malta, usando la Agencia Central de
Inteligencia [*CIA], quienes ayudaron en el asesinato mismo del Presidente.
Esos Caballeros eran: El Director de la CIA, John McCone, los oficiales de la
CIA William F. Buckley, y Henry Luce.
En 1963, tanto William F. Buckley y Henry Luce eran amigos
personales del agente de la CIA Howard Hunt. Nosotros leemos de Negación
Plausible de Mark Lane en la página 270, concerniente a las revistas Time y Life,
de las cuales Henry Luce era el propietario:
"Yo (Howard Hunt) las había tipeado en una tipeadora
(fabricó cables oficiales), y ellas fueron fotocopiadas, y las fotocopias
fueron eventualmente mostradas a una persona de confianza del Señor (Charles)
Colson, y en Time y Life". Hunt, luego de jurar que él
nunca había estado involucrado en un esfuerzo de desinformación para calumniar
a Kennedy, había ahora testificado que él había meramente buscado falsificar y
crear evidencia para probar que Kennedy fue un asesino.
Otra vez en Negación Plausible nosotros leemos de
la conexión de Hunt con el pomposo William F. Buckley, Júnior en la página 207:
"(G. Gordon) Liddy completó su testimonio
perfectamente, afirmando que mientras él no se asoció mucho tiempo con Hunt, él
lo vio último, él rememoró, cuando ambos hombres demostraron su apoyo para otro
ex oficial de la CIA, William F. Buckley, cuando Buckley celebró el aniversario
de su show de televisión en el Yacht Club de Nueva York".
Queridos buscadores de la verdad, Hunt estuvo cerca a esas
dos centrales de energía que eran: Buckley y Luce. Hunt estuvo también trabajando
con dos de sus criminales socios en el futuro escándalo Watergate, G. Gordon
Liddy (entrenado por los Jesuitas) y Chuck Colson.
Y en 1985, fue Mark Lane quien probó en la corte federal de
Miami que Hunt estuvo en Dallas el día que el Presidente Kennedy fue asesinado.
Por lo tanto, la conclusión era obvia. La CIA, con su agente, E. Howard Hunt,
había matado al Presidente. En las palabras de la supervisora del jurado,
Leslie Armstrong, encontrada en la cubierta interna y la página 322 de Negación
Plausible, nosotros leemos:
"El Señor Lane estuvo pidiéndonos que hiciéramos algo
muy dificultoso. Él estuvo pidiéndonos creer que John Kennedy ha sido matado
por nuestro propio gobierno. Cuando nosotros examinamos la evidencia (por 65
minutos) nosotros fuimos compelidos a concluir que la CIA había verdaderamente
matado al Presidente Kennedy". Hunt ha sido parte de esto, y esa evidencia,
tan concienzudamente presentada, debe ahora ser examinada por las instituciones
relevantes del Gobierno de los Estados Unidos, para que esos responsables del
asesinato puedan ser traídos a la justicia.